Asimismo, el trabajo ha puesto de manifiesto que los principales problemas de seguridad que refieren las personas encuestadas son la ausencia de materiales EPI (71,06 por ciento), falta de mamparas y otras barreras (63,67 por ciento), incumplimiento del distanciamiento de 2 metros (58,57 por ciento), insuficiencia de medidas para asegurar aforos limitados (45,63 por ciento) y carencias en materia de limpieza y desinfección (43,9 por ciento). Además, un 18,23 por ciento asegura que en su centro hay escasez de hidrogel.
Por otra parte, el 62,46 por ciento de los encuestados advierten de que no han recibido compensación por el exceso de jornada realizado durante la crisis, mientras que el 21,16 por ciento no tienen aún claro cuándo podrá disfrutar de sus vacaciones, ya que, o bien desconocen todavía la planificación, o bien se las han denegado total o parcialmente.
Además, CSIF pone el acento en que al menos una de cada diez personas (11,6 por ciento) asegura haber recibido presiones por parte de los cargos intermedios en su actividad laboral, aún estando trabajando con síntomas de coronavirus. En estas circunstancias, la organización sindical se ha dirigido a las diferentes consejerías de Sanidad para garantizar las medidas de seguridad, planes de contingencia ante los rebrotes y una eventual segunda oleada, al margen de reclamar un refuerzo de las plantillas.
CSIF también ha solicitado una reunión al ministro de Sanidad, Salvador Illa, para analizar la situación de los rebrotes de manera coordinada con las comunidades autónomas, ya que, según la entidad, pese a los "trágicos datos" que ha dejado atrás la pandemia, a día de hoy "no estamos preparados" para controlar los rebrotes de manera adecuada.
El Plan de respuesta temprana preparado por el Ministerio de Sanidad, a juicio de la organización sindical, carece de fórmulas de coordinación con las comunidades autónomas a la hora de adoptar de medidas, no ofrece garantías en el ámbito de recursos humanos, y carece de previsión en la gestión de las reservas de equipos y EPI, entre otros aspectos.
"España es el país con mayor tasa de contagio entre personal sanitario, y en la actualidad la parálisis de las ofertas de empleo público, la precariedad y la inestabilidad de las plantillas hacen que nos enfrentemos a los rebrotes con un déficit de al menos 40.000 efectivos. Además, se ha despedido ya a la mitad de las personas contratadas durante la crisis del coronavirus", ha recordado el sindicato.