Según ha explicado el presidente de Pimeco, Toni Fuster, en la mayoría de casos se trata de comercios que "no han podido resistir ni volver a abrir después de meses en estado de alarma sin poder levantar la persiana ni hacer caja".
Fuster ha reclamado a las instituciones iniciativas para ayudar a los pequeños comerciantes a seguir adelante si se quiere evitar que las calles del centro de Palma "parezcan un cementerio". En este sentido, el dirigente de Pimeco ha recordado que, poco después de iniciarse el confinamiento, el Ayuntamiento de Palma se comprometió a invertir un millón de euros para fomentar la recuperación del pequeño comercio, y que a mediados del mes de julio "no se ha materializado ninguna iniciativa, ni tampoco la campaña de bonos para fomentar las compras".
El representante de la organización patronal ha alertado de que las instituciones tardan mucho más en echar una mano al sector "no llegarán a tiempo para salvar a nadie", y ha resaltado la importancia de realizar campañas no solo de ayuda directa a los comercios, sino también de concienciación a la sociedad para que apueste por las compras en los pequeños comercios "si se quiere mantener la idiosincrasia".
En su estudio sobre el terreno, Pimeco ha contabilizado comercios cerrados en las calles Plateria, Bosseria, Costa de Sant Domingo, Tous i Maroto, Jaume III, Baró de Santa Maria del Sepulcre, Brondo, Bonaire, Oms, Colón, Sindicat, Pas den Quint, Sant Nicolau, Costa den Brossa, Guixers, Unió, Rubén Darío, Cerdenya y Caputxins. También se ha incluido en el recuento a los establecimientos que han bajado la barrera en Passeig Mallorca y las plazas de Cort y del Mercat, así como en el centro comercial Els Geranis.
Por otra parte, Pimeco ha lamentado las campañas para "criminalizar el turismo" que, a su juicio, están llevando a cabo varias asociaciones cívicas durante estos últimos años. Desde la patronal sostienen que "guste o no" la economía local y los ingresos de miles de familias de Mallorca "dependen directamente de la llegada de turistas".