El Govern balear extiende el uso de mascarillas a todos los espacios públicos de las islas como medida de protección frente al Covid-19. Una vez publicada en el BOIB este fin de semana, la norma será efectiva a partir del lunes, aunque habrá excepciones que permitirán prescindir de ellas en playas o cuando se practique deporte, por ejemplo.
El ejecutivo balear reacciona así ante el preocupante incremento de rebrotes de la enfermedad durante los últimos días. Las Islas suman, de momento, diez rebrotes, después de que este jueves se detectara uno más. El Servicio de Epidemiología de la conselleria de Salut concentra la mayoría de estos brotes en Mallorca y sitúa su origen, principalmente, en ámbitos familiares. Aún así, el riesgo de que se propaguen fuera de estos núcleos es alto, según considera la conselleria que encabeza Patricia Gómez.
De momento, el rastreo de estos rebrotes ha permitido localizar 75 casos positivos y mantiene la vigilancia sobre 140 personas identificadas como contactos estrechos. Es necesario que esta cifra no aumente y que el coronavirus no vuelva a poner en riesgo el sistema sanitario balear. De ahí, la decisión de ampliar el uso de mascarillas a todas las actividades en espacios públicos, una medida acorde con esta preocupación, aunque con derivadas que hay que tener en cuenta, principalmente en el terreno económico.
Por un lado, la medida, para ser efectiva, ha de ir acompañada de una acción de control, de forma que el riesgo de ser multado con los cien euros de rigor sea percibido como una posibilidad real. Y, en todo caso, será necesario ampliar la vigilancia sobre las cada vez más habituales aglomeraciones de personas en fiestas ilegales o festejos populares sin ningún tipo de control ni seguridad sanitaria. De poco servirá extender el uso de las mascarillas al conjunto general de la población que transita por espacios públicos si las prácticas de riesgo que concentran a decenas o centenares de personas sin protección no son erradicadas.
Por otro lado, aunque la intención parece adecuada, conviene medir la aplicación de la norma para que no ahuyente al incipiente turismo que empieza a confirmar reservas. CAEB ya alertaba este jueves, con bastante sentido común, que adoptar medidas mas restrictivas que las que tienen los turistas en sus lugares de origen puede desincentivar la actividad turística que tanto necesita la economía balear en esta fase. La seguridad sanitaria es prioritaria, pero debe quedar equilibrada con la protección de aquello que sostiene la mayoría de negocios de estas islas. Especialmente, en puertas de una recesión que en el primer trimestre ya nos llevó a caer 4,5 puntos del PIB balear.