Una sábana en la entrada del recinto de Son Fusteret muestra a las claras la actual situación de numerosas familias de feriantes atrapadas con sus tráilers en el solar que tradicionalmente ocupa la Fira del Ram.
La pandemia del coronavirus se ha llevado por delante el trabajo y los sueños de más de 20 familias y casi 100 personas que desde que se inició el estado de alarma y el confinamiento obligatorio se han visto obligadas a permanecer en este solar sin posibilidad de trasladarse a otros puntos de la geografía nacional para trabajar con sus atracciones de feria.
Son feriantes. Un total de 24 familias, algunas de ellas con bebés, niños y ancianos, se las ven y se las desean para trabajar y poder salir adelante pues el virus cerró la Fira del Ram y con ello la posibilidad de obtener ingresos con los que alimentar a las familias. Entre estas familias se cuenta una con un bebé que sufre parálisis cerebral y 2 hombres obligados a utilizar respiradores para dormir. Como mal menor, no se ha dado ningún caso de contagio por coronavirus
Desde entonces, y tras haber gastado sus pocos ahorros, la única tabla de salvación ha sido trabajar en aquello que nada tiene que ver con las atracciones de feria: algunos se han trasladado a las labores del campo y otros no han tenido más remedio que realizar "chapuzas" allá por donde han podido.
En estos más de dos meses han sobrevivido gracias a las ayudas sociales que les ha ofrecido Cruz Roja y Cáritas, aunque esto no les ha eximido de tener que pagar miles de euros por gastos comunes como el agua y la luz, pese a que el Grup Trui les ha cedido gratuitamente el solar para no tener que hacer frente a otro gasto extraordinario.
Quieren trabajar y sobre todo desean que los niños palmesanos disfruten de una merecida feria tras estos meses de obligada inactividad. Para ello se han puesto en contacto con el Ayuntamiento de Palma para poder abrir las atracciones a partir de la entrada de Baleares en la Fase 3 la próxima semana, tal y como así sucede en otros países. De momento, señalan, Cort no ha respondido a sus demandas.
Mientras los feriantes esperan una respuesta, buscan trabajo como sea para poder salir adelante en una situación que les ha dejado desamparados y sin trabajo en tierra de nadie.