Un escrito de la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, sobre el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos, el pasado 24 de mayo, que había permanecido oculto hasta ahora y que este martes ha trascendido a la opinión pública a través del periódico 'El Confidencial, compromete todavía más la imagen pública del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y agrieta sustancialmente su ya deteriorada relación con el Instituto Armado. En la nota, Gámez admite que la destitución de Pérez de los Cobos como cargo de la máxima confianza del ministro se debió a su oposición a informar sobre “el desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento”.
Un escrito de la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, sobre el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos, el pasado 24 de mayo, que había permanecido oculto hasta ahora y que este martes ha salido a la luz pública, compromete todavía más la imagen pública del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y agrieta sustancialmente su ya deteriorada relación con el Instituto Armado.
En la nota, Gámez admite que la destitución de Pérez de los Cobos como cargo de la máxima confianza del ministro se debió a su oposición a informar sobre “el desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento”.
El telón de fondo de toda esta controversia, que ha situado de nuevo a Grande-Marlaska en el ojo del huracán político, con la renovación de peticiones de dimisión de por medio, es la celebración de la multitudinaria manifestación por los derechos de las mujeres que tuvo lugar el 8 de marzo, apenas una semana antes de la declaración del estado de alarma.
De hecho, el cese del coronel, que el titular de Interior atribuyó a la “pérdida de confianza”, se produjo apenas unas pocas horas después de que la Policía Judicial de la Guardia Civil de Madrid remitiera un informe al Juzgado de Instrucción número 51 de la capital de España en la que ponía en duda la idoneidad de que la marcha del 8M se hubiera celebrado en un escenario de clara progresión del Covid-19 en el país y en otros territorios vecinos. El documento incide en que la autorización de la manifestación supuso que otros 129 actos con presencia masiva de ciudadanos también tuviesen lugar en esas fechas, en el conjunto del Estado.
La filtración de la carta de la directora de la Guardia Civil deja en muy mal lugar a Grande-Marlaska por muchas razones, pero, principalmente, porque restan cualquier asomo de credibilidad a las manifestaciones que realizó el ministro el martes de la pasada semana, en un encuentro informativo con periodistas, cuando negó por activa y por pasiva que la destitución de Pérez de los Cobos tuviera relación con la causa del 8M. De hecho, el responsable ministerial reiteró sus conocidos argumentos de que el cese se había producido en el contexto de una reestructuración de los cargos jerárquicos de la Benemérita.
En cambio, en su escrito, María Gámez apunta con nitidez al extremo contrario, ya que afirma que el relevo del coronel obedeció a la “pérdida de confianza” de la Dirección General que encabeza y del Ministerio del Interior. Esta caída en desgracia de Pérez de los Cobos, ateniéndose a los argumentos que Gámez plantea en su escrito, tienen que ver con la determinación del militar de no informar sobre las investigaciones del 8M.
La destinación del alto cargo de la Guardia Civil se fraguó, además, en un horario poco habitual, ya que los diferentes trámites que culminaron en la desvinculación de Pérez de los Cobos respecto a las responsabilidades que había venido ejerciendo hasta el momento, tuvieron lugar un domingo por la noche, concretamente el del día 24 de mayo.
La propuesta partió de la propia directora de la Guardia Civil, María Gámez, ya que es la única responsable del departamento que tiene asignadas las competencias necesarias para llevar a cabo esta actuación. Al filo de las 22,15 horas de ese domingo, Gámez hizo llegar el documento del cese de Pérez de los Cobos al secretario de Estado del Ministerio del Interior, Rafael Pérez, quien estampó su rúbrica en el escrito de forma inmediata.
De momento, la única reacción oficial del Gobierno a estas nuevas revelaciones en torno al controvertido cese del jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid ha corrido a cargo de la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero. La también ministra de Hacienda ha sido preguntada sobre este asunto por los periodistas durante la rueda de prensa posterior a la reunión del gabinete, pero se ha limitado a afirmar que Fernando Grande-Marlaska cuenta con el apoyo del Gobierno al que pertenece y a refrendar que las razones de pérdida de confianza que en su momento argumentó el titular de Interior "son las únicas" que deben prevalecer.
Por su parte, el jefe de la oposición y presidente del PP, Pablo Casado, ha exigido la destitución inmediata de Grande-Marlaska, al que ha acusado de haber mentido al Congreso y a la opinión pública cuando el pasado martes atribuyó el relevo de Pérez de los Cobos a otras motivaciones que no guardan relación con el contenido del escrito firmado por la directora de la Guardia Civil.