El ministerio de Industria, Comercio y Turismo no quiere dejar ni un cabo suelto a la hora de velar por la seguridad sanitaria en la hostelería durante la reapertura parcial este lunes de cafeterías, bares y restaurantes en las zonas que han pasado a la Fase 1. Por ello, a través del Instituto para la Calidad Turística Española, ha lanzado una serie de exigencias que van más allá de las impuestas al sector por parte de las diferentes comunidades autónomas. Con ello se pretende evitar un rebrote del coronavirus en un sector que suele presentar aglomeraciones de ciudadanos.
El Instituto presta especial atención al personal que trabaja en este sector, no dudando en exigir que el mismo "lleve el pelo recogido, nada de llevar anillos, aunque sean de matrimonio y mucho menos atender a los clientes con pulseras, pendientes o similares". Y las uñas, siempre cortas y cuidadas.
Por supuesto y como medida básica, el personal tiene que evitar el saludo con contacto físico, incluido el dar la mano, tanto a los compañeros de trabajo como a los clientes.
Además de estas demandas de obligado cumplimiento, se deberá lavarse minuciosamente las manos tras estornudar, sonarse la nariz o toser o tocar superficies potencialmente contaminadas (dinero, cartas del establecimiento, etc.). Eso sí, según el ministerio, cuando por las características físicas del restaurante no sea posible que el personal se lave las manos periódicamente, se deberá acudir a una solución desinfectante.
Además, las medidas de sanitarias hacen especial hincapié en la adopción de extraordinarias pautas de higiene del local. Por ello, se exige que el local se desinfecte frecuentemente durante toda la jornada laboral, especialmente los objetos de uso personal (gafas, móviles, etc.) con agua y jabón o con una solución desinfectante y los elementos del puesto de trabajo con el cambio de turno. Para la desinfección de equipos electrónicos se deben utilizar productos específicos, aplicados con un paño o toallitas desinfectantes especiales.
Por último, y no menos importante y que probablemente traiga de cabeza a algún empresario del sector, éste deberá habilitar un espacio para que el empleado pueda cambiarse de ropa y calzado al llegar al restaurante y al finalizar su turno antes de salir de la instalación. Este espacio debe contar con taquillas o, al menos, porta trajes o similar (bolsa de plástico, etc.) en el que los empleados dejen su ropa. Se recuerda que el uniforme y calzado sólo puede utilizarse en el lugar de trabajo.
Todas estas medidas tienen por objeto evitar al máximo que aumenten los contagios en zonas de por sí ya concurridas y que se produzca un rebrote del coronavirus.