Dar seguridad a los viajeros. Ese es el objetivo principal de la industria hotelera balear para arrancar la temporada alta con un volumen de turistas suficiente. "Nos podremos marcar el 1 de julio para abrir una parte de la planta si todos nos ponemos a trabajar ya en esa dirección; si no nos marcamos plazos ni se toman decisiones, no se podrá abrir", señala a mallorcadiario.com Gabriel Llobera, presidente de la Asociación de Cadenas Hoteleras. Para conseguir la apertura, Llobera reclama test en los aeropuertos de origen, así como controles en los aeropuertos de destino y desinfección tanto de las instalaciones aeroportuarias como de los autobuses o los propios hoteles.
"Abrir cuanto antes, como plantea la presidenta Armengol, está bien, pero ese 'cuanto antes' no especifica necesariamente que sea pronto y debemos trabajar para concretar acciones más allá de las intenciones", afirma Llobera. "A diferencia de otras comunidades, hay que demostrar que Baleares es un destino seguro, y para ello debemos tomar iniciativas y adoptar medidas que lo garanticen", señala.
El temor de dilatar los procesos y las negociaciones se extiende ante la posibilidad de que destinos competidores, como Portugal o Grecia, estén avanzando ya en estrategias para abrirse al exterior y resten posibles clientes a Baleares.
A juicio del presidente de la ACH, "Mallorca debe tener fijado el 1 de julio como fecha para iniciar una experiencia piloto que nos permita testear lo que pasa en el mercado; no todos los hoteles abrirán, pero podremos saber qué es lo que puede pasar esta temporada y, sobre todo, en 2021". "Si no actuamos ya -insiste- el riesgo puede extenderse también al próximo año".
Sobre las acciones emprendidas por el Govern, Llobera considera que tienen una buena intención, pero echa en falta una mayor coordinación con todos los agentes implicados. "El Govern hace bien en mostrar su preocupación y en abrir canales para que la actividad se recupere lo antes posible; y lo hace tratando directamente con touroperadores, pero debería ampliar el diálogo", destaca el presidente de las cadenas. Los hoteleros participan en la elaboración de los planes que elabora el Instituto para la Calidad Turística de España (ICTE), de donde salen los protocolos de actuación que posteriormente son trasladados a Europa y en los que también deberían participar, en opinón de Llobera, los propios mercados de origen de los turistas.
El coste de establecer corredores sanitarios seguros mediante pruebas a los viajeros no debe representar un obstáculo para ponerlos en marcha con relativa celeridad, en opinión de Gabriel Llobera. "Cualquier pasajero que esté dispuesto a gastar un dinero en unas vacaciones -señala-, no tendrá inconveniente en pagar 20 o 25 euros por una prueba que le va a garantizar que tanto él, como todos los que viajan a su alrededor y todos aquellos que están en un destino seguro como ha de ser Baleares, no suponen ningún riesgo para su salud".