Con estos datos en la mano, el sector del libro ha reiterado su preocupación ante la falta de medidas por parte del Gobierno que ayuden a paliar la grave situación sin precedentes que atraviesa la actividad editorial como consecuencia de la emergencia sanitaria y de las medidas adoptadas para atajarla.
El pasado 14 de marzo, nada más decretarse el estado de alarma en España, el sector que agrupa a editores, libreros y distribuidores trasladó a la presidencia del Gobierno, a la vicepresidencia económica y a los ministerios de Cultura y de Educación una proyección del impacto de la crisis sobre la cadena del libro. Desde ese mismo momento, plantearon la necesidad de adoptar medidas que, a juicio del sector, contribuirían a mitigar los efectos de la crisis, tanto durante el tiempo que durase la situación de emergencia y el cese de la actividad, como para auspiciar, posteriormente, la reactivación de las empresas.
Actualmente, la estimación realizada en ese momento parece haberse quedado corta, según FEDECALI, y el impacto puede ser incluso mayor al inicialmente previsto, pudiendo alcanzar la mitad de la facturación en el comercio interior (alrededor de 1.200 millones de euros) y un 70 por ciento en el comercio exterior (400 millones). A este respecto, el sector librero y editorial reclama la adopción de medidas urgentes que contribuyan a salvar a la primera industria cultural de nuestro país.
Tras dos encuentros formales, primero con el ministro de Cultura y, luego, con la titular de Hacienda, FEDECALI ha llegado a la conclusión de que "se deberá esperar" algún tiempo antes de comprobar si los compromisos adquiridos se concretan en algún tipo de medida. Para la entidad,"resulta probable que una parte de la cadena no pueda alcanzar esa 'nueva normalidad' a la que alude el Gobierno, y que el resto lo haga en unas condiciones difíciles para la subsistencia, lo que tendrá una indudable repercusión en nuestro patrimonio cultural".
Por otro lado, el sector editorial ha manifestado su satisfacción ante la decisión del Ejecutivo de ir permitiendo progresivamente la apertura de comercios y tiendas, entre ellos las librerías, si bien echa de menos que los responsables políticos hubieran mostrado una "consideración especial" hacia estos establecimientos, dada su condición de ejes de dinamización de la cultura.