Para OCU, el único requisito que se debe priorizar para permitir la vuelta de la actividad comercial es "garantizar la seguridad y la salud de los consumidores". En este sentido, considera que el tamaño del establecimiento no es un elemento que determine una mayor seguridad, e incluso, según la organización, la menor superficie del local puede resultar una ventaja a la hora de facilitar el mantenimiento de la distancia de seguridad.
La asociación cree que una "excesiva limitación" en el número de establecimientos puede provocar el efecto contrario: que los consumidores se concentren solo en los negocios abiertos, aumentando de esta manera el riesgo de contagio. OCU argumenta que han de tenerse en cuenta, además de las medidas de protección de la seguridad y la salud, la no vulneración del principio de libre competencia entre empresas, y que los compradores tengan asegurada la libertad de elección entre los diferentes tipos de comercios y servicios.
"Es necesario proteger al pequeño comercio para garantizar la existencia de una oferta comercial amplia y diversificada en formatos, horarios y servicios como la mejor manera de asegurar la libre elección de los consumidores", ha recalcado la organización.