Estados Unidos se halla ya por encima de la barrera de los 50.000 fallecimientos (exactamente, 50.031) a causa de la pandemia del coronavirus. Esto supone que el país norteamericano acoge a una cuarta parte de las víctimas mortales que el Covid-19 ha ocasionado en todo el mundo.
De todas estas muertes, buena parte de ellas se centran en el estado de Nueva York, que se ha confirmado un día más como el foco expansivo de los contagios en Estados Unidos, con 16.388 muertes. Por otro lado, el número de contagios en el país ya supera la cifra de 870.000, mientras que cerca de 81.000 pacientes han logrado superar con éxito la enfermedad.
Para muchos observadores, uno de los grandes déficits de las políticas de prevención de la pandemia que se están aplicando en Estados Unidos tiene que ver con la gran diversidad de las medidas de confinamiento y restricción de movimientos de la ciudadanía que se adoptan en función de cada territorio. En este sentido, cabe destacar la decision del gobernador de Georgia, Brian Kemp, de permitir a partir de este viernes la reanudación de la actividad en cines, gimnasios y peluquerías, mientras a partir del lunes podrán abrir sus puertas los restaurantes y los teatros.
De esta manera, mientras en Nueva York las órdenes de cuarentena se aplican de manera estricta y rigurosa, y contemplan muy pocas situaciones excepcionales, en otros estados la tensión se está relajando y los gobiernos federales están comenzando a abrir la mano a un progresivo desconfinamiento de la población, a pesar de que los datos de evolución del virus no permiten ser demasiado optimistas respecto al futuro más inmediato.