Esta repetidísima y castiza frase tiene un origen algo más que profuso, confuso y difuso, y existen teorías para todos los gustos
Una de las teorías más fiable enlaza el refrán con la obra del reconocido dramaturgo y entremesista del Siglo de Oro español, Luis Quiñones de Benavente (1581-1651), titulada “Baile del invierno y del verano”, en la que hay unos versos que dicen:
Otra de las teorías sostiene que pudo hacerse famosa a finales del siglo XVIII a raíz de las reformas que el rey Carlos III de Borbón y Farnesio (1716-1788), llamado “el Mejor Alcalde de Madrid”, realizó en la ciudad para embellecerla. Y por las que Madrid dejó de ser la anticuada, lamentable y maloliente villa castellana que había encontrado a su llegada. La limpieza pública era tan escasa que el propio Fernán Núñez, el biógrafo del Rey, no dudó en calificar a la capital de «pocilga». Barro, basura y excrementos componían una lamentable y maloliente imagen de la capital del Estado y gracias a que el monarca adoquinó las calles, creó una red de alumbrado, de alcantarillado y de recogida de basuras y levantó la Fuente de la Cibeles, la plaza de Neptuno, la Puerta de Alcalá y el Real Jardín Botánico, Madrid pasó a convertirse en la real capital de un vasto Imperio.
Existe otra teoría que afirma que en el Cerro Garabitas, uno de los puntos más elevados de la Casa de Campo con sus 677 metros de cota, se reunen todas las noches las almas de los difuntos madrileños y desde allí ascienden al cielo. Esta creencia la alimentan los vecinos del parque que aseguran que ven luces que ascienden por las copas de los árboles. Seguramente se trata de luciérnagas o del fuego de San Telmo.
En el año 1952 la productora Aspa Producciones Cinematográficas produjo la película del mismo título “De Madrid al cielo” bajo la dirección de Rafael Gil, guión de Rafael Gil y argumento de Vicente Escrivá. Una comedia musical en la que, en el Madrid de principios del siglo XX, dos jóvenes intentabann abrirse camino como artistas:´mientras Elena pretendía triunfar como cantante lírica, Pablo aspiraba a convertirse en un pintor famoso.
La frase vuelve a estar, desgraciadamente, de rabiosa actualidad gracias al engendro independentista catalán, fugada de la justicia, la miserable Clara Ponsatí i Obiols, que se ríó de los muertos por Coronavirus en Madrid al publicar un vergonzoso tweet, en el que se reía de los madrileños fallecidos por culpa del coronavirus, utilizando la frase "De Madrid al cielo",
Un comentario deleznable que confirma el odio irracional del movimiento separatista hacia España y los españoles. El expresidente fugado y rebelde, su jefe, el desecho de tienta de Carles Puigdemont (al que en su propio partido llaman el motxo, que es la traducción literal al catalán de la fregona), también compartió el tweet, demostrando su vil conformidad con sus palabras.
Unas personas deleznables, despreciables, miserables, sin principios, sin sentimientos y sin educación.