Los hechos se remontan a 2017, cuando el ahora acusado se desplazó durante unos meses a Mallorca para conocer a su hija que entonces tenía 15 años de edad. La niña vivía con otro familiar en la isla.
La Fiscalía relata que el comportamiento del hombre fue cambiando hasta que "con el paso de los días empezó a tratar a la menor como si fuera su compañera sentimental", incluso dándole besos en la boca, y que después intentó convencerla para mantener relaciones sexuales, diciéndole que iban a hacer algo que "era normal entre padre e hija".
Presuntamente, un día el hombre llevó a la chica a una casa abandonada, obligó a la menor a entrar, la encerró y la violó. Le advirtió de que no dijera nada a nadie, asustándola diciéndole que la metería en un correccional. Según la acusación, el procesado mantuvo posteriormente varios encuentros más con su hija en el mismo lugar y del mismo modo.
Más tarde el acusado abandonó la Isla, pero siguió en contacto con la víctima a través de 'whatsapp', y presuntamente la conminó a que le enviara fotos íntimas, amenazándola con contarlo todo si no lo hacía. La abuela de la menor encontró las imágenes en el teléfono y fue entonces cuando se dio la voz de alarma.
La Fiscalía también pide para el acusado una indemnización de 5.000 euros en favor de la víctima por los daños morales, y que se le imponga una medida de libertad vigilada por diez años cuando salga de prisión. Asimismo, reclama una orden de alejamiento por 20 años y que se prohíba al procesado, durante cinco años, ejercer profesiones u actividades que conlleven contacto regular con menores de edad.