La niña de 10 años que el pasado 30 de diciembre fue ahogada, presuntamente, por su madre en la bañera del domicilio que compartían ingirió con anterioridad 80 pastillas de medicamentos antidepresivos que le suministró su progenitora y que el médico le había recetado a ésta para controlar los trastornos emocionales que sufre y que, de hecho, provocaron su internamiento en un centro psiquiátrico hasta que fue dada de alta el pasado 24 de diciembre, seis días antes del crimen.
Así consta en el auto de prisión instruido por el Juzgado de Instrucción número 1 de Girona, que ha decretado este jueves prisión provisional comunicada y sin fianza para la supuesta autora del crimen.
El documento judicial expone que la menor ingirió la medicación y, a consecuencia de ello, "entró en un profundo estado de somnolencia hasta quedarse dormida en el sofá". Así las cosas, su madre aprovechó, supuestamente, esta circunstancia para trasladar a la niña en brazos hasta el cuarto de baño e introducirla completamente vestida en el interior de la bañera, que había llenado previamente de agua. La pequeña permaneció sumergida durante unos diez minutos, según se refleja en la redacción del auto de prisión.
La acusada ha prestado declaración este jueves ante el juez y se ha reafirmado en las manifestaciones que ya realizó en un primer momento a los agentes de los Mossos d'Esquadra que procedieron a su detención.