A mi padre no hacía falta matarlo para robarle, para levantarse tenía que apoyarse en algo. No hizo falta todo lo que le hizo, bastaba con que le empujara", ha declarado la mujer, visiblemente afectada.
La hija de la víctima, expareja del acusado, ha comparecido como testigo en la primera sesión del juicio, que afronta un jurado popular en la Audiencia Provincial de Palma. La Fiscalía pide para el acusado 30 años de prisión por un delito de asesinato y otro de robo con violencia, y la acusación particular plantea la pena de prisión permanente revisable.
La mujer ha rechazado que su expareja tuviera un problema de adicción a la cocaína, como alega la defensa -que ya ha avanzado que planteará una eximente incompleta vinculada a este extremo-. El abogado defensor sostiene que el acusado es drogodependiente y que cometió el crimen bajo la influencia de las drogas.
Sin embargo, la expareja del acusado ha declarado que el hombre "consumía cocaína muy esporádicamente", aproximadamente "una vez cada seis meses". "No tenía ningún tipo de adicción a la cocaína", ha insistido la hija del fallecido, que ha indicado que el acusado fue al médico "pero por sus depresiones, no por su consumo".
Además, la mujer no ve creíble que el hombre pudiese llegar conduciendo hasta la finca bajo los efectos de la cocaína, y considera que su padre no le hubiera abierto la puerta si hubiera notado que estaba drogado.
Por otra parte, la mujer ha asegurado que el acusado sabía que su padre guardaba dinero en casa, porque ella se lo había comentado anteriormente. Recientemente, la víctima había recibido una herencia de 8.000 euros.
El acusado y la hija del fallecido rompieron su relación en 2014. "Estaba cansada de que me registrase el móvil, controlaba las horas a las que me iba y volvía de estar con mis amigas. Pretendía que fuese de casa al trabajo y del trabajo a casa, y que luego en casa fuese una 'chacha'", ha contado.
En la vista se ha vivido con tensión el interrogatorio del abogado de la defensa a la expareja del acusado. "Entienda mi reacción, porque era mi padre, y me lo han quitado", le ha dicho la mujer al letrado.
La hija del fallecido ha contado que tenía una buena relación con padre. "Era lo mejor que tenía. Lo quería con locura, hubiese hecho lo que fuese por él", ha expresado.
Fueron unos familiares quienes encontraron el cuerpo. Se desplazaron a la finca tras constatar que el teléfono de la víctima no daba señal durante varios días. El cuñado de la víctima fue quien entró en la casa y encontró el cadáver bocabajo, tendido sobre un charco de sangre.
El hombre ha contado que salió de la casa y llamó al 112, y siguiendo indicaciones de los técnicos volvió a entrar para comprobar si la víctima tenía pulso. Después tuvo dificultades para explicar a los servicios de emergencia cómo llegar hasta la finca, y tuvo que caminar hasta un cruce para indicarles el camino.
El hombre ha declarado que encontró la casa desordenada y revuelta, y que han notado que "han desaparecido objetos". "Hemos seguido yendo a la finca y no hemos encontrado ningún dinero", ha apuntado.
Los hechos se remontan a mayo de 2017. Según la Fiscalía el acusado se dirigió a la casa familiar de su expareja, con quien tenía una hija menor, con el objetivo de obtener dinero. En la finca se encontraba el padre, quien le abrió la puerta y le dejó entrar, pero que no quiso darle dinero.
La Fiscalía sostiene que el acusado reaccionó violentamente, golpeando a la víctima con un recipiente de cerámica y una olla y, que seguidamente, le atestó diversas puñaladas con un cuchillo hasta causarle la muerte.
Después, presuntamente, el investigado revolvió toda la casa y se apoderó de un recipiente que contenía una cantidad de desconocida de dinero y del teléfono móvil de la víctima, y se marchó.