Quim Torra ha asegurado que en ningún caso optará a la presidencia de la Generalitat catalana en una próxima convocatoria electoral, la cual ha situado para el año 2021, ya que, según ha afirmado, personalmente no contempla ningún tipo de adelanto en el calendario previsto. Pese a ello, ha reconocido que el anticipo de los comicios no se producirá si depende de él, ya que también ha admitido que existen factores condicionantes que no puede controlar de forma directa y que, supuestamente, podrían forzar un adelanto de las elecciones en Cataluña.
Para Torra, su aportación al frente de la Administración autonómica se ha vinculado, desde el primer momento, con la necesidad de "avanzar en el proceso de independencia", y esa es la tarea que el jefe del Ejecutivo está "intentando llevar a cabo", y que concluiría, si hay que atenerse a sus palabras, con el final de la presente legislatura.
Preguntado sobre una posible inhabilitación por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Torra ha señalado que el Parlament es "la única instancia" que puede adoptar una decisión de estas características, toda vez que "representa a la soberanía de los ciudadanos". En caso de que la sentencia del TSJC sea condenatoria, Torra ha confirmado que recurrirá la resolución ante el Tribunal Supremo, circunstancia que podría alargar hasta mediados del año que viene una hipotética medida inhabilitadora contra el presidente de la Generalitat.
En torno a las movilizaciones callejeras, el líder del Gobierno autonómico en Cataluña ha insistido en su argumento de que los poderes públicos "han de respetar la desobediencia civil", y que hay que "conciliar la seguridad con el derecho a la protesta". De hecho, Torra ha reconocido que le hubiera "preocupado" que una parte de los ciudadanos no hubieran salido a la calle a manifestarse cuando se conoció el contenido de la sentencia sobre el 'procés'.