El cumplimiento de la ordenanza de terrazas de Palma es difícil hasta para el propio alcalde. José Hila paseó el miércoles por varios de los hornos que participan en la Ruta del Llonguet de la capital y pudo probar los productos que se muestran en esta convocatoria. La comitiva disfrutó de la ruta cómodamente instalados en las terrazas de los locales; si bien, llama la atención que Hila, y alguno de sus acompañantes, ocuparan un puesto fuera de la zona "legal" de las terrazas.
En la foto que hacen llegar a El Infiltrado de mallorcadiario.com se advierte perfectamente cómo el alcalde está sentado fuera de las líneas amarillas marcadas en el suelo. Unas marcas amarillas que -con la nueva ordenanza- han proliferado por toda la capital y que sirven para fijar los límites que tienen bares y restaurantes para instalar sus sillas y mesas en el exterior del local.
De esta forma, el propio Hila es víctima de la normativa de la ya ex regidora podemita Aurora Jhardi, que fue la que promovió la actual ordenanza.
El primer edil contribuye así, aunque sea de forma involuntaria, a alimentar la polémica sobre la nueva ordenanza. Una ordenanza que ha llenado de marcas amarillas las aceras de Ciutat -criticadas por la propia Arca- y que ha provocado la reacción de los bares y restaurantes que, con las limitaciones de horarios añadidas, han visto caer la rentabilidad de sus negocios. Un colectivo que está promoviendo la realización de un referéndum para que los ciudadanos se pronuncien sobre las terrazas.
El apoyo de Hila al sector de la restauración es innegable, como lo demuestra su apuesta por certámenes como la Ruta del Llonguet o Tapalma; citas que ayudan a posicionar la capital como destino gastronómico. El sector aplaude el gesto, aunque reclaman una normativa más acorde con la realidad; la misma que ha sufrido Hila en carne propia.