EDITORIAL

La UME en Baleares, pese a Més

Miércoles 23 de octubre de 2019

El Parlament balear ha acordado este martes instar al Govern balear y al Ministerio de Defensa a fin de que nuestra comunidad pueda contar con una base permanente de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Mallorca, que también tendría dotaciones de efectivos permanentes tanto en Ibiza como en Menorca. La propuesta ha salido adelante con el apoyo de todos los grupos, a excepción de Més, que ha votado en contra, y de El Pi, que se ha abstenido. Es decir, la votación ha salido adelante con el apoyo de 50 de los 59 diputados de la cámara.

La petición pone sobre la mesa la necesidad -una vez más- de que la administración central destine recursos suficientes para las necesidades que tiene Baleares y, muy especialmente, viene a reconocer la importancia de la labor que la UME ha de desempeñar en nuestra comunidad. Sus efectivos se despliegan cada año en Baleares, sobre todo en la campaña de verano para hacer frente a los incendios forestales. Se trata de dotaciones pequeñas que, en caso de una mayor intervención requieren la presencia de los efectivos del tercer batallón de la UME con sede en Bétera (Valencia).

Su actuación permite hacer frente a cualquier tipo de catástrofes o intervenciones que requieran una gran logística y cuantiosos efectivos. Su participación, hace un año, en las riadas del Llevant mallorquín es una de las que más reconocimiento recibieron por parte de la sociedad. Como antes lo había sido su actuación en el gran incendio de la Serra de Tramuntana de 2013.

Es lógico pensar, pues, que la instalación de una base permanente en Baleares de un cuerpo militar tan útil y abnegado como la UME sólo puede ser entendida como un gran avance. Més, sin embargo, no lo ve así. Su oposición a esta base permanente no es nueva. Ya habían expresado hace meses su rechazo a una iniciativa que, a su juicio, promueve "el españolismo y la militarización". Son argumentos que nada tienen que ver con la base del debate y que ponen en evidencia la incapacidad de anteponer la defensa de bienes y personas -que es lo que se espera de un representante público- frente a cuestiones ideológicas que no sirven más que para alimentar a electorados cada vez más menguantes.

Disponer de forma fija en nuestra comunidad del material, los vehículos y el personal que despliega la UME supone una ventaja a la hora de afrontar desastres en los que peligran bienes y personas. Esa es la realidad que aprecian los ciudadanos y la única opción que deberían defender los responsables públicos.

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