Fuentes de la cadena británica ITV habían confirmado esta mañana que la enmienda gozaba mismo de un importante apoyo entre varios grupos parlamentarios como medida última de contención frente a una derrota en la cámara del plan de Brexit, que abocaría al país a una salida caótica de la Unión Europea.
El primer ministro británico ha garantizado que esta paralización no supondrá un aplazamiento de la salida del país, prevista para el 31 de octubre, y se ha comprometido a presentar la semana que viene la legislación pertinente.
Así, el primer ministro se ve abocado a solicitar una nueva prórroga a la UE antes de la medianoche de este sábado. La enmienda recibió el apoyo de la oposición -laboristas, liberaldemócratas, independentistas escoceses- y también de varios conservadores independientes expulsados recientemente del partido del primer ministro.
Johnson, por su parte, ha dejado claro que no piensa negociar una nueva extensión "porque la ley no me obliga a ello y diré a mis colegas comunitarios que pretendo sacar adelante el acuerdo del Brexit antes del 31 de octubre"
Y mientras tenía lugar la votación, miles de manifestantes (algunas fuentes apuntan hasta un millón de personas) se han concentrado al Parlamento británico para pedir un segundo referéndum sobre la pertenencia a la Unión Europea en un día crucial para las aspiraciones del primer ministro Boris Johnson, enfrentado a lo que es una votación crucial sobre el acuerdo de salida alcanzado esta semana con las autoridades de Bruselas.