La limpieza es un tema en el que Palma destaca en negativo. El pasado abril la OCU publicó un estudio sobre la limpieza municipal en 60 ciudades situando a Palma como la quinta ciudad española peor valorada en cuanto a limpieza de sus calles.
El problema es que buena parte de la responsabilidad de esa imagen tan poco agradable reside en cientos de palmesanos que no usan los contenedores y las papeleras de Emaya para tirar sus basuras, sino que las dejan en medio de la calle. Ese gesto tan cotidiano de abandonar los residuos fuera de los depósitos implica un gasto anual de más de 2,5 millones de euros para Cort y, por tanto, para todo los ciudadanos.
"Para que una ciudad esté limpia y cuidada hacen falta dos cosas muy básicas, la primera es limpiar y la segunda es que la gente la mantenga limpia" afirmaba el teniente de alcalde de Medio Ambiente de Cort y presidente de Emaya, Ramón Perpinyà, en una entrevista a mallorcadiario.
Además, el tema de la limpieza ha sido en numerosas ocasiones objeto de disputa por parte de los políticos de la ciudad.