EDITORIAL

Armamento eléctrico para policías

Sábado 28 de septiembre de 2019

Los sindicatos policiales SUP y Jupol reclaman para los agentes de la Policía Nacional de Baleares pistolas Taser, un tipo de arma inutilizante que emplea descargas eléctricas en vez de la tradicional munición de fuego. En Madrid, este tipo de equipación será incorporada al armamento de la policía local después de que la Policía Nacional también tramitará la licitación de algo más de mil unidades. El debate se extiende ahora a otros puntos del país, entre ellos Baleares, donde los citados sindicatos insisten en limitar el uso de armas de fuego. Se trata, a su juicio, de reducir los riesgos para los detenidos y también para los agentes.

El debate sobre el equipamiento correcto para los cuerpos policiales está abierto. Hace una semanas de conocía la adquisición por parte de los Mossos d'Esquadra de botes de gas pimienta como parte de su nueva equipación para hacer frente a tumultos. También presentaron nuevas defensas y materiales de disuasión. Lejos de ser un debate superficial, los medios con los que cuenten los agentes de orden público han de representar una garantía de que pueden cumplir su función con los menores riesgos posibles para todo el mundo, incluidos ellos.

La seguridad ciudadana es una de las cuestiones clave en el desarrollo de las actividades más cotidianas, especialmente en lugares donde se concentra un importante número de personas como son las ciudades y las zonas turísticas. De momento, en Palma, la iniciativa no está encima de la mesa ya que el proceso de salida del actual Jefe de la Policía Local y la elección de su sustituto centran la atención en Sant Ferran. Aducen, además, que se ha realizado un estudio legal y normativo sobre las posibilidades de uso de estos dispositivos "sin que se haya tomado ninguna decisión en firme hasta el momento".

Cabe esperar el desarrollo futuro de los acontecimientos, aunque la demanda de los sindicatos merece la pena ser valorada si con su aplicación se reducen riesgos. Al fin y al cabo es un camino ya emprendido por otros cuerpos policiales que -dentro y fuera de España- han dejado en un segundo plano las armas de fuego, cuyo empleo por policías ha provocado demasiadas noticias trágicas en los últimos años.

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