En el juicio celebrado esta mañana, la Fiscalía y la defensa han alcanzado un acuerdo por el que el acusado, de 44 años, ha reconocido los hechos y se ha mostrado conforme con la pena, que ya es firme, por un delito de homicidio en grado de tentativa.
Con todo, el hombre no entrará en prisión mientras cumpla con una serie de condiciones. Su abogada ha pedido la suspensión de la pena porque a principios de agosto tiene cita con un centro de desintoxicación para comenzar con un tratamiento de deshabituación del alcohol, una terapia que no podría realizar en la cárcel.
Así, el Tribunal le ha concedido el beneficio mientras acredite que ha asistido a la terapia, no cometa ningún delito en el plazo de cinco años y cumpla con la medida de alejamiento acordada para la víctima, también de cinco años.
El acusado ha pagado una indemnización a la víctima por las secuelas, por lo que se ha apreciado la atenuante de reparación del daño, además de la de toxifrenia. La condena es firme.
Los hechos ocurrieron el 1 de septiembre de 2018, sobre las 5.40 horas, tras una discusión en un salón de juegos. El hombre rompió una botella y, con intención de acabar con su vida, le propinó diversos golpes en el cuello, brazo y pierna, que le causaron heridas en zonas potencialmente vitales.