La plataforma Airlines for Europe, una asociación donde se agrupan las grandes multinacionales de la aviación en Europa, reclama "medidas estructurales" para paliar las huelgas de controladores aéreos y la falta de personal pues conllevan anulaciones y retrasos, sobre todo en verano.
Los datos de la industria de la aviación comercial desvelan el impacto de esos paros provocados por los controladores aéreos y el poco personal en los aeropuertos. Suponen el 70% de los retrasos causados entre enero y julio de 2019, lo que supone un incremento de los minutos de demora del 114 % respecto a la cifra registrada en 2018.
Willie Walsh, consejero delegado del grupo International Airlines Group (IAG), empresa matriz de British Airways, Iberia y Vueling: ”Es un problema estructural y necesitamos soluciones estructurales”.
"No va a ser mejor que el año pasado", se queja Walsh, quien señaló que los aviones en la Unión Europea (UE) acumulan 2,4 minutos de retraso de media, lo que supone entre 30 y 45 minutos de atraso por vuelo afectado. Además, reclaman una mejora de la estructura “ineficiente” el espacio aéreo.
Según las aerolíneas, estos se deben esencialmente a los citados paros, a la falta de personal para el control y la gestión del tráfico aéreo y a una estructura ineficiente del espacio aéreo.
"La Comisión Europea y los Estados Miembros tienen que adoptar acciones inmediatas" e implementar un control del tráfico aéreo unificado a nivel europeo porque "los políticos llevan discutiendo este asunto 18 años y es tiempo para la acción", agregó Walsh.
La patronal europea de la aviación también se pronunció, por medio del consejero delegado de la aerolínea irlandesa Ryanair, Michel O'Leary, contra el anuncio del gobierno galo de aplicar a partir de 2020 una ecotasa de hasta 18 euros a los vuelos que despeguen de Francia, salvo a los que vayan a Córcega, a los departamentos de ultramar y a los que hagan correspondencia.
"Los impuestos no son la solución", según el máximo responsable de la primera aerolínea por tráfico de pasajeros de la Unión Europea, quien agregó que el año pasado las compañías aéreas ya pagaron a través del sistema europeo de comercio de emisiones de CO2, el llamado ETS, un total de 5.000 millones de euros en impuestos contra el cambio climático.
Asimismo, señalan que las administraciones no están legislando para propiciar unos vuelos menos contaminantes. Sobre esto, O'Leary explica que a la aviación comercial se le atribuye el 2 % del total de gases de efecto invernadero. Pero que se debe a que los aviones se ven “obligados” a tomar rutas más largas por “una mala gestión” del tráfico aéreo.
”Es un escándalo que actualmente estemos emitiendo un 10 % más de las emisiones que deberíamos por decisiones políticas", dijo por su parte el consejero delegado de AIG.
De igual forma, la directora responsable de Brussels Airlines, Christina Foerster, lamentó que la industria de la aviación comercial no tenga las facilidades que disponen otros sectores para dar el paso a la transición hacia una economía baja en carbono.