El ahora arrestado les proponía pasear él atado a un collar con cadena, como si fuese un perro, y realizar todas la peticiones que sus “amas” (las menores) le encomendaran a lo que el autor debería obedecer como “sumiso”.
Además, se ofreció a las menores para ser prostituido en ambientes homosexuales, también a cambio de la correspondiente compensación económica, como si las chicas fueran sus proxenetas.
A su vez, el detenido enviaba fotos suyas ataviado con indumentaria de “sumiso” (atado a correas de perro y vestido de mujer siendo paseado por una cadena en la calle), así como otras con contenido sexual, todo ello consciente de que las víctimas eran menores de edad.