SUCESOS Y TRIBUNALES

"Los británicos deberían aprender en clase los riesgos del balconing"

Cristina Suárez/Marta Llabrés/Javier Fernández | Miércoles 03 de abril de 2019
Georgia dejó a su amiga Natalie de fiesta por Magaluf y nunca más volvió a verla: murió tras caer desde una séptima altura. Ahora, lucha por que ningún otro turista británico muera precipitado. "El alcohol es parte del problema pero no el único: regresar solo a tu hotel o apartamento suele tener consecuencias nefastas", explica a mallorcadiario.com

Georgia Hague trabaja en Punta Ballena desde hace un año. Llegó a Mallorca la temporada pasada buscando una oportunidad y terminó haciendo un grupo de amigos en la noche de Magaluf. Entre ellos estaba Natalie Cormack, de 19 años. Era su segundo verano en la isla, trabajaba en un local de copas y residía en un piso con otras compatriotas. Hasta que en la noche del 27 de abril, al no tener llaves para abrir la puerta principal de los Eden Roc, intentó saltar por el lateral y terminó precipitándose desde una séptima altura.

Murió en el acto, al igual que Tom Hugues y Thomas Channon, también fallecidos meses más tarde tras caer desde el mismo edificio. "Ninguno de los dos conocía la zona, era su primera noche de fiesta y tanto uno como otro se pensaron que podían acceder a su hotel -contiguo a los Eden Roc- desde esta explanada", explica la joven británica. Ambos pensaban que detrás del muro y las plantas había más jardín. Pero no, sólo había vacío.

Ante este trágico balance, Georgia decidió actuar lanzando una campaña por su cuenta: 'Don´t Leave a Friend Behind" ('No dejes a un amigo atrás), un mensaje con doble sentido. "Por una parte, la importancia de no dejar jamás solo a un amigo en una noche de fiesta y por otra, no dejarle literalmente 'atrás' porque ha fallecido. Que nadie diga que un amigo suyo no pudo regresar a Inglaterra porque perdió la vida".

Desde hace algunas semanas reparte los carteles por bares, clubs y restaurantes de Magaluf y también por bloques residenciales. "Es fundamental que el mensaje llegue al mayor número posible de turistas", dice. "Porque ésto es un problema de turistas y británicos".

Por ello, defiende la necesidad de que el Gobierno británico actúe con contundencia en origen. "¿Cómo? Concienciando desde la escuela, desde los institutos y universidades de los riesgos que tienen el alcohol y las drogas en un entorno de fiesta como éste, en el que además, la mayoría vuelven solos a sus hoteles o apartamentos. Estoy convencida de que si Natalie o los otros dos chicos hubiesen estado acompañados, nada de ésto habría ocurrido".

El problema, no obstante, no es sólo de chicos de 17 o 18 años. "Hace unas noches, en el local en el que trabajo, había un grupo de hombres de entre 40 y 50 años y cuatro de ellos no podían casi ni andar de todo lo que habían consumido", relata. "Me di cuenta que ésto no es sóloun problema de gente joven. No sé, puede que sea que vienen a Magaluf, a la libertad total, sin mujer ni hijos… Y pierden la cabeza".

El lema y la ilustración son obra suya. Ella alumbró la campaña y pagó los inicios hasta que llegó a oídos del Ajuntament de Calvià y éste decidió sufragar los gastos de impresión. "De momento tengo cien carteles grandes y cien pequeños pero esperemos que la campaña cuaje y haya que repartir más". De momento lo hace por Calvià pero su idea es difundirlo por otros núcleos de fiesta inglesa, como Benidorm.

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