Agustín Buades | Domingo 03 de marzo de 2019
Esta semana celebraremos el Dia Internacional de la mujer trabajadora, y a parte de las movidas políticas e ideológicas de las feministas radicales, sigue persistiendo la discriminación de las mujeres madres en el mundo laboral.
Se constata que el 18% de las trabajadoras embarazadas sufre presiones por su empresa debido a su maternidad mientras que cerca del 25% de las mujeres de entre 18 y 25 años acaban siendo despedidas.
El ‘mobbing’ maternal sigue siendo una lacra laboral debido al riesgo que supone para las mujeres conservar su puesto de trabajo. los problemas que siguen sin resolverse sobre un verdadero equilibrio entre la vida laboral y familiar.
La incorporación creciente de ambos cónyuges al mercado de trabajo formal, la extensión de los horarios laborales, la distancia cada vez mayor desde los hogares a los centros de trabajo, la dispersión de la familia extensa, etc., están provocando una defectuosa conciliación de la vida laboral y familiar, ya tengan su origen en las propias empresas o estén impulsadas por los poderes públicos.
Así, las empresas españolas van a contracorriente de Europa con unas jornadas laborales infinitas, que en muchas ocasiones se alargan por factores culturales y merman la competitividad y productividad de la economía.
La incorporación de la mujer al mundo laboral, los horarios y las distancias hacen difícil conciliar trabajo y familia
Es verdad que en los últimos tiempos la legislación española ha elevado a la categoría de derechos los diferentes instrumentos de conciliación de la vida personal familiar y laboral, abordando algunos aspectos tales como excedencias o permisos de maternidad/paternidad. A pesar de todo, estas medidas han sido insuficientes para la conciliación de la vida laboral y familiar.
Es fundamental la adopción de un marco legal, social, laboral y fiscal que facilite no sólo dicha conciliación, sino que también permita la libre elección del tipo de conciliación. Así, los que quieran tener hijos podrán hacerlo sin tener que renunciar por este motivo a su vida
laboral y al desarrollo profesional o al cuidado de los mismos a edades tempranas.
Y es por ello que habría que poner en marcha la primera ley de conciliación familiar de Baleares, que ya fue presentada en el registro del Parlament. El nuevo Govern tendrá que hacer frente a uno de los problemas de las familias: la conciliación y la corresponsabilidad.
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