EDITORIAL

Luces y sombras de los vuelos a Baleares por dos euros

Martes 08 de enero de 2019

La posibilidad de viajar a Baleares por poco más de dos euros el trayecto, tal y como están promocionando algunas compañías aéreas, supone una situación inédita que levanta dudas sobre sus ventajas e inconvenientes. Mediante estas promociones, el precio del billete aéreo con origen en la Península o en capitales europeas llega a ser, por ejemplo, notablemente inferior a las tarifas que se pagan por utilizar algunos autobuses interurbanos y, por supuesto, mucho menos que cualquier tarifa aplicada a un residente por mucho descuento al que tenga derecho, lo que resulta cuanto menos sorprendente.

Con esta práctica, el negocio para las compañías está en captar volumen de pasajeros, aunque haya que soportar algunos billetes casi regalados; sin descartar el efecto publicitario que tales campañas representan. Para el destino, en cambio, los efectos de este turismo low cost pueden ser más discutibles. Por una parte, tal y como se han apresurado a valorar el Govern o las agencias de viajes, debería ser positivo que resulte más fácil atraer turismo de temporada baja. La Conselleria de Turisme se atribuye la situación como uno de los éxitos de su estrategia "better in winter", valorando únicamente la cifra de visitantes sin entrar en otras consideraciones y dando por sentado que todos los que viajan a las Islas en invierno lo hacen atraídos por disfrutar de un turismo de naturaleza, de salud, de lujo... Un turismo que valora los deportes, la gastronomía o la cultura.

Hay serias dudas de que los que viajan a Baleares por dos euros lo hagan motivados por esta oferta de calidad. Al menos, una mayoría. En este sentido, cabe preguntarse los gastos que estos turistas realizan en el destino o los problemas que un turismo tan poco selectivo puede conllevar. Coger un vuelo para pasar una noche de juerga en Mallorca, sin ocupar hotel, con un ocio barato programado y regresar unas horas después al lugar de origen no debería formar parte de la estrategia turística de la comunidad.

La estrategia debería pasar por la conectividad, sin duda, pero también por apostar por la mejora del destino y avanzar en la renovación de las infraestructuras y los establecimientos. De esta forma, el ansiado turismo de alto poder adquisitivo, al salir de un hotel de cinco estrellas no se encontraría con calles oscuras, aceras rotas o una oferta complementaria de escaso atractivo o simplemente inexistente. Nunca mejor dicho, no se debería atraer turismo a cualquier precio.

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