Es el firme propósito que me hago para este año nuevo 2019. Y existe un porqué muy claro, que es una religión que cree en la reencarnación, algo que creo que puede ser vital para todos nosotros en estos momentos.
Después de muchas reflexiones en estos días de vacaciones de Navidad, unas cuantas botellas de sidra, unos brandys, turrón de chocolate del “bueno” y por supuesto mis barquillos Galindo de toda la vida, estoy en la certeza que todos necesitamos una segunda vida para poder aplicar todo lo aprendido y sobre todo para que no nos vuelvan a tomar por gilipollas, por lo menos sin saberlo, que ya es mucho.
Y pongo algunos ejemplos: que a la hora de elegir una hipoteca, tengamos claro que el banco va a hacer todo lo posible por quedarse con nuestra casa y venderla a mejor precio, eso si no se la queda algún amiguete del director a precio de saldo. Que a la hora de contratar una línea de teléfono no vale aquello que nos dicen de “esta conversación puede que se vaya a grabar” porque después cuando llamas nunca te la reproducen, de hecho te habían dicho que “tal vez”. Que tengas muy claro que ningún político te va a arreglar la vida pero que algunos te la hacen mucho más jodida. Que cuando te da la vena de ser un emprendedor y tus amigos te animan y tu familia te previene, hagas más caso a tu familia. Que sea cual sea tu actividad te saques una oposición a funcionario y después ya puedes hacer lo que quieras. Que te prepares para tener una diana en la espalda si tienes éxito en la vida. Que sepas que aunque el dinero no te da la salud, es cojonudo para mantenerla. Que no vayas regalando horas o días de tu vida a gente que no se lo merece, porque ese es tu bien más preciado. Que viajes todo lo que puedas y lo más a menudo posible, es una inversión, nunca un gasto y por último, que aunque te pueda parecer inexplicable, existe más vida que no está en los móviles ni en las redes sociales.
Y podría añadir muchas cosas más relativas a la vida personal o profesional, pero en cualquier caso, cuando usted iba leyendo este artículo no me negará que le daban ganas de tener esa oportunidad, de volver a empezar con todos los conocimientos que tiene y pegarle un buen corte mangas a muchos/as de los que se han cruzado por su vida, pues le propongo dos alternativas, la primera la de pasarse al hinduismo e intentarlo en una segunda vida y la segunda un tanto más chunga pero muy efectiva es, fijarse un objetivo para este próximo año y no es el adelgazar, ir al gimnasio, aprender ingles u otras cosas, el gran propósito para este año va a ser enviar a mucha gente y muy variada a la mierda, porque ya que no tendrá una segunda vida, que dejen de joderle en esta.
Feliz 2019.