La regidora de Bienestar y Derechos Sociales, Mercè Borràs, ha destacado que "en todos los casos de familias vulnerables se ha encontrado soluciones de alojamiento alternativo". Si bien, lo cierto es que el propio ayuntamiento reconoció el pasado 14 de noviembre que los derribos no continuarán a lo largo de 2019. Esperan derribar 45 viviendas más hasta marzo, pero todo se parará dos meses antes de las elecciones.
Se pospone la estocada final para el año 2020. En el aire queda de quién será la responsabilidad de finalizar tan complicada tarea. Y es que en el mejor de los casos se calcula que en marzo aún quedarán por demoler 80 viviendas y las familias pendientes de ser realojadas serán 28. Cort reconoce que “faltan viviendas” para todos los desahuciados.
Desde la oposición se critica que, a pesar de las demoras y prórrogas, se ha acometido la demolición antes de contar con un lugar para realojar a las familias.
El portavoz de Ciudadanos Palma, Josep Lluis Bauzá, ha señalado que Cort no ha hecho “el trabajo de campo” previo a la demolición “para saber el número de personas que viven en Son Banya, antes de desalojarles sin ofrecerles una vivienda alternativa. ¿Cómo es posible que el Ayuntamiento esté realizando los desalojos con un censo de hace diez años?"
Tanto PP como Cs han abandonado el “pacto municipal de Son Banya”. Cs señala que no se han cumplido puntos como “darle una salida del poblado a los 196 niños que viven allí, a los que se debe escolarizar, y darle una oportunidad a los jóvenes, a través de cursos del SOIB, para que puedan acceder al mercado laboral".
El PP ha tirado la toalla ante un pacto "inoperante y opaco". Los populares aseguran que "no se pueden producir derribos ni pasar por alto aspectos como la escolarización de los menores. Seguimos creyendo que se debe dar cumplimiento a las sentencias judiciales, pero no mediante un pacto oscuro e inoperante".
A pesar de las numerosas, y exitosas, operaciones de Guardia Civil y Policía Nacional contra el narcotráfico en Son Banya la actividad ilegal prosigue. Se han descabezado los principales clanes lo que ha generado la diáspora de sus subalternos. Ahora, ascendidos a nuevos jefes, han regresado a Son Banya, que sigue operando como el supermercado de la droga de Palma.
La reconocida falta de viviendas para alojar a las familias desahuciadas y que algunas de ellas hayan optado a “ir por libre” ya ha causado problemas en otras zonas. Los vecinos de Marratxí lo han denunciado: “seremos noticia cuando tengamos Son Banya dentro del Pla de na Tesa”. Critican la pasividad de las autoridades ante la okupación de casas en la zona por parte de problemáticos exvecinos de son Banya.
De la misma manera, preocupa a los vecinos del Secar de la Real y de Establiments que la zona ilegal conocida como el Hoyo acabe recogiendo el testigo de Son Banya. El Hoyo es uno de los puntos más activos de menudeo de cannabis y marihuana en Palma.