Todo ello después de la lucha que por conseguirlo inició Anna González, quien perdió a su marido en 2013 tras ser arrollado con su bicicleta y darse a la fuga el conductor. La conducta de éste quedó impune al encontrarse la víctima ya fallecida.
La proposición, como reza en su exposición de motivos, responde a una demanda social ante el incremento de accidentes en los que resultan afectados ciclistas y peatones por la imprudencia de los conductores.
Y subraya que, en el caso del abandono, lo que se quiere castigar es “la maldad intrínseca de quien sabe que deja atrás a alguien que pudiera estar lesionado o incluso fallecido y la falta de solidaridad con las víctimas”.
La proposición también establece que la muerte de varios ciclistas o peatones pase a estar penado con hasta nueve años de prisión en lugar de cuatro.
Si se mantiene el sentido de voto de hoy el jueves el Congreso respaldará que se agraven las penas de las imprudencias al volante, en especial las derivadas del exceso de velocidad y el consumo de alcohol y drogas, y que sea delito el abandono del conductor después de causar un accidente.