EDITORIAL

El plan del Govern para repatriar talento puede quedar en un simple titular

Sábado 29 de septiembre de 2018

No es extraño que los grandes anuncios políticos vayan acompañados de una letra pequeña que acaba dando una dimensión notablemente diferente a lo anunciado. Este es el caso del Plan Retorno de Talento que la presidenta Armengol anunció en el pasado debate de política general y que constituyó uno de los principales mensajes de su discurso. La intención del plan es que puedan retornar todos aquellos ciudadanos baleares de hasta 40 años que salieron de la comunidad en los últimos años para buscar trabajo en el extranjero ante la falta de oportunidades que provocó la crisis económica. La intención es buena, aunque ciertamente no se trate de una de las mayores demandas que tiene la sociedad balear en la actualidad.

El Govern quiere destinar alglo más de 2 millones de euros hasta el 2022, a un ritmo anual de unos 530.000 euros anuales. Y calcula que al programa podrían optar unos 500 jovenes. Bajando al detalle, las condiciones previstas en el plan suponen importantes limitaciones a quienes se planteen acceder. La exigencia inicial es que los destinatarios de las ayudas hayan nacido o hayan estado empadronados en Baleares durante los 5 años anteriores a su partida al extranjero; también deberán acreditar que han obtenido su título universitario, un ciclo formativo o un certificado de profesionalidad de nivel 3 en algún centro de formación oficial de la Comunidad Autónoma de Baleares.

En el caso de las cuantías aportadas por el Govern, la ayuda más clara es la de 3.000 euros para pagar los billetes de avión y los gastos del traslado. A partir de ahí, sólo se percibirán otras ayudas directas de hasta 9.000 euros si el joven retornado lo hace para montar una empresa o algun proyecto de emprendimiento personal. Si no opta por esta forma de autoempleo, y lo contrata una empresa, la subvención podría llegar a 14.000 euros para la empresa, siempre que sea contratado de forma indefinida.

Cabe confiar que el plan alcance al mayor número de jóvenes posible, pero las condiciones y las cifras expuestas despiertan demasiadas dudas sobre su efecto real en el retorno de talento anunciado por el Govern. La sencilla división de los dos millones de euros previstos en ayudas entre los 500 jovenes a los que va dirigido arroja un resultado de 4.000 euros por aspirante. Todo parece indicar que el Govern ya cuenta con que una gran mayoría no llegue a interesarse por el plan, lo que de alguna forma adultera cualquier anuncio grandilocuente como el realizado por Armengol en el Parlament y lleva a meditar sobre la validez de los planteamientos expresados formalmente en sesiones como las del debate de política general. En conjunto, queda la impresión de que no se busca mucho más que un titular en la prensa.


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