OPINIÓN

Tu estrés y tu carga alostática es tu firma

Miguel Lázaro | Jueves 23 de agosto de 2018

Uno es uno, su genoma, su ambioma, su epigenoma, su neuroplasticidad, sus redes sociales y su alostasis. Se define alostasis a la adaptación dinámica a estímulos externos como el estrés El estrés es un proceso interactivo .Dime que estrés eliges construirte y te diré quién eres. Mejor dicho dime que carga alostática tienes y te diré quién eres y como te has adaptado a los francotiradores de la vida.

Como diseñamos y rediseñamos nuestro estrés dice más de nosotros que la grafología. La vulnerabilidad o la resistencia individual al estrés va a depender, de: factores biológicos, de factores cognitivos, de factores de personalidad y de factores ambientales. El estrés crónico es el depredador silente de nuestro cerebro. Con mucha frecuencia las personas no somos conscientes de los fenómenos de estrés crónico, que estamos experimentando y necesitamos de un objeto-espejo reflector eficaz que nos ayude a tomar conciencia de ellos, y a veces solo se llega a la salud a través del duro camino de la enfermedad y su tratamiento.

Por lo tanto no es posible “volver el reloj hacia atrás” después de una experiencia estresante y es más apropiado hablar de “resiliencia” o de “recuperación” que de “reversión”, las cosas no serán como eran antes.

El stress agudo y crónico puede causar un desequilibrio en los circuitos neuronales que intervienen en la cognición, toma de decisiones, ansiedad, humor con un incremento o una disminución de su expresión en la conducta. Este desajuste afecta al funcionamiento de varios sistemas: neuroendocrino, autonómico, inmune, metabólico y cardiovascular a través de distintos sustancias mediadoras. Ya tenemos marcadores de nuestra sobrecarga alostática que miden los circuitos neuronales atascados.

Algunos especialistas apuntan a que la percepción popular de que al empezar las vacaciones se enferma más podría ser cierta. Los cambios de ritmos también afectan al sistema inmune. Por ejemplo, se sabe que las personas que en su trabajo cambian de turno tienen una mayor tendencia a padecer enfermedades del sistema inmune. No solo se altera su reloj biológico, sino que el estrés que genera contribuye al desequilibrio de las defensas. Las personas que toleran mal los cambios sufren más el estrés y la frustración, y por tanto pueden acabar traduciéndolos con mayor facilidad en problemas de salud.

La dificultad para adaptarse a lo nuevo explicaría por qué a algunas personas el inicio de las esperadas vacaciones no les sienta bien. Son un cambio de ritmo que modifica nuestros referentes de orientación. Nuestra vida artificial y rutinaria cambia y no a todo el mundo le sienta bien el desconectar. Hay quien se queda desprogramado y su cuerpo responde quedándose entonces demasiado desconectado” Cómo lo somatiza? : Con agotamiento, fatiga y falta de motivación. Hay quien se queda en hibernación, pasando dos días en la cama", añade.

¿La solución? Esta desconexión del medio laboral debería cambiarse por una conexión con uno mismo. Estamos muy programados para responder a un entorno concreto, pero no para conectar contigo mismo. Muchas veces el autoestrés tiene que ver con este proceso. Practiquen el dolce far niente y un poco de ayuno alternando con una ingesta compulsiva de huevos de corral a la mallorquina. Renuncie a la quejorrea y dedíquese un ratico al mindfulnes autocompasivo.

Aproveche estas vacaciones para cuestionarse su v@cación y atrévase a introspeccionarse petit mamonier, le ayudara más que cualquier libro de antiayuda.

Y ya saben cómo decía Frida Khalo “donde no puedas amar no te demores”.

Y recuerden que estamos en derrota transitoria pero nunca en doma.


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