A consecuencia de dicha tentativa, la Policía Nacional estableció, en los alrededores de la población, un dispositivo de prevención tendente a la localización y detención de los posibles sospechosos, fruto del cual fue la localización de un vehículo que no se detuvo ante los requerimientos de la patrulla policial.
Tras una breve persecución, la policía pudo interceptar al vehículo pudiendo comprobar que en el interior viajaban cuatro jóvenes, dos de los cuales habían sido vistos merodeando por las calles de Son Macià.
Esta información resultó clave para descubrir que los arrestados habían robado dos escopetas cargadas de una finca de la localidad, las cuales, ante la imposibilidad de transportarlas por la falta de vehículo, las habían escondido en el campo. Posteriormente, valiéndose del engaño, los arrestados llamaron a un par de amigos, para que les fueran a recoger, desconociendo éstos de los hechos perpetrados.