Pasado el puente de la Virgen, muchos españoles se cogen unas merecidas vacaciones, entre ellos yo misma, no obstante, ¿sabemos disfrutar del descanso, o por el contrario, necesitamos tener una actividad constante en nuestras vidas?. Como bien denominan los italianos, “Dolce Far Niente” que significa “el placer de no hacer Nada”.
Vivimos en un mundo que gira continuamente a la velocidad de La Luz,llenos de obligaciones, ataduras, en la civilización del “para ayer” y eso nos hace haber perdido el sentido del disfrute de las pequeñas cosas y de la vida en general.
Pareciera que si no estamos sumidos en la vorágine de la actividad constante, no disfrutamos y que necesitamos siempre estar en acción, haciendo cosas para no aburrirnos.
Pues bien señoras y señores, eso sigue siendo trabajo, aunque no nos paguen por ello. Tenemos que aprender del placer del silencio, de la no acción, del disfrute de todas las pequeñas cosas del día a día, un rico desayuno, preparar una buena comida, la lectura de un buen libro o simplemente estar tumbados sin hacer nada.
¿Tenemos tan adentro de nuestro propio ser las obligaciones que no somos capaces de parar nuestra cabecita un momento?
“Dolce Far Niente”’ o “el placer de no hacer nada”, ¿es tan difícil ponerlo en práctica?.
Después ya tendremos todo el año para machacarnos mental y físicamente de actividades, de coger el móvil las 24 horas del día y de creernos indispensables en nuestros trabajos y en nuestras vidas, cuando la realidad está mucho más lejos de todo esto.
Nadie y cuando digo Nadie es nadie, es indispensable, todos y todo somos sustituibles y esto nos lo demuestra la vida día a día.
Pareciera que si paramos por un instante alguien podría sustituirnos en nuestras vidas y la realidad es que da igual lo que hagamos ya que cuando “el que manda ahí arriba” diga que ya no somos útiles en algún lugar, en alguna relación o en nuestra propia vida, sin más, desaparecemos de esta existencia.
Así que por favor, pongan todo su empeño en desconectar unos días, descansar de la vida que los tiene atados y de la que pareciera imposible desapegarse y aprovechen para descansar y desconectar del día a día y verán y así recobrarán las fuerzas para, a su regreso, enfrentarse nuevamente a los avatares de la vida.