La aeronave llevaba en la pista cerca de una hora con el pasaje embarcado. Los viajeros se empezaban a impacientar encerrados en el avión esperando el despegue. Relatan que se produjo un altercado cuando un pasajero sevillano insistió en fumar y fue reprendido por la tripulación. Cuando los nervios estaban a flor de piel y ya nada parecía poder empeorar, una llamada telefónica alertaba de una amenaza de bomba alojada en el avión de Ryanair.Tras comprobar que todo estaba en orden, cuatro horas después, los mallorquines pudieran llegar a Palma alrededor de las 20 horas.
Según apuntan se ha detenido a un hombre de Sevilla como autor de la "broma" que tantos quebraderos de cabeza ha causado.