EDITORIAL

Agresiones a sanitarios en Balears, un triste récord

Jueves 19 de julio de 2018

Balears se encuentra a la cabeza de las agresiones a personal sanitario en España. La comunidad registra una agresión de este tipo por cada 10.000 habitantes, una ratio que triplica el índice nacional de una agresión por cada 29.200 habitantes. El Consejo General de Enfermería ha publicado este año su primer Observatorio Nacional de Agresiones a Enfermeras y Enfermeros. Segun los datos que publicada este jueves mallorcadiario.com, el estudio contabilizó en 2017 un total de 111 agresiones, una cifra que el IbSalut asciende a 127. Sobre estos datos, el sindicato SATSE Balears apunta que la cifra es muy superior ya que son muchas las agresiones que no llegan a ser denunciadas, por lo que no quedan contabilizadas en ningún registro.

Insultos, gritos, amenazas, violencia contra el mobiliario.. componen en grueso de este tipo de agresiones, aunque también se producen ataques físicos. Que Balears esté a la cabeza de este tipo de conductas debe hacer reflexionar sobre las causas pero sobre todo debe urgir a la toma de decisiones que permitan frenar el fenómeno. Desde el año 2006 existe un plan de prevención de agresiones que, a todas luces, no está funcionando y sobre el que los propios sanitarios denuncian que muchas de sus medidas no se han implementado. Las agresiones físicas suelen ser denunciadas ante la policía, pero las verbales o las amenazas no suelen tener mucho más recorrido, aunque sus efectos en los profesionales les acaben provocando ansiedad y estrés.

Conseguir que se denuncien todas las agresiones sufridas seria un primer paso para avanzar en la solución del problema. Para ello es necesaria la colaboración de las administraciones y el apoyo decidido y constante a los profesionales, ya que el efecto de solidaridad que se produce en los primeros momentos suele diluirse con los días, según denuncian los propios afectados. Es necesaria una mayor sensibilización que permita aplicar todas las medidas incluidas en el plan de prevención, aunque en algunos casos impliquen costes para la administración.

En este escenario, los responsables de la Conselleria de Salut deberían ser los primeros en elevar la voz de alarma ante el triste récord que ostenta Balears en este asunto y tomar las medidas necesarias para girar la situación; por responsabilidad, pero sobre todo por respeto hacia los profesionales que desarrollan su labor diariamente en hospitales y centros de salud.

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