OPINIÓN

Los mismos pájaros con los mismos collares

Jaime Orfila | Sábado 14 de julio de 2018

El Sanchismo va camino de pulverizar todos los récords del Zapaterismo. Con un cartel de relumbrón y aplicando una estrategia refinada y efectiva, en poco más de treinta días, se ha asomado a todos sus abismos y nos ha recordado los peores momentos de la última legislatura socialista. Incluidas las tomas falsas. De hecho, Sánchez ya lideró, con solvencia, la repulsa ciudadana a su partido, con la progresiva caída de votos del PSOE hasta dejarlo en los escuálidos actuales 84 diputados.

Después de pactar con todos los que no se sienten españoles, con los que les hace gracia que España se rompa, ha iniciado la senda que nos lleva a desenterrar a los muertos contra la voluntad de sus familias y a rescatar el articulado anticonstitucional del Estatuto Catalán del 2006.

El problema es que Rodríguez Zapatero dejó el listón muy alto. Antes de caer aplastado ante Rajoy con el apoyo de millones y millones de ciudadanos dejó casi cinco millones de parados un vergonzante Plan E y el país a punto de ser intervenido por la Troika. Situación, que permite meter la mano en los bolsillos de los pensionistas griegos y quedarse con el 40% del subsidio.

Mientras la economía permita aplicar los presupuestos aprobados por PP y Ciudadanos, resista la economía y no aumente el precio del dinero, los ciudadanos no se resentirán de una política de gestos poco interesada en el interés general y dedicada a satisfacer las excentricidades de los socios. En realidad, para hacer boca, ya se han anunciado aumentos generalizados de impuestos. El habitual radicalismo de la izquierda española vacío, oportunista y demagógico vuelve a sus principios.

Mira si deben ser reaccionarias las medidas que se van tomando que Carmen Montón pasa desapercibida y sus decisiones, como la destinada a anular el nicho de pobreza farmacológica, está cargada de sentido común.

Todo ello sin olvidarse de su objetivo primordial. El clientelismo. Sánchez ha montado en un mes el mayor aparato de altos cargos de la historia de la Moncloa y la Consejera de Hacienda del Govern, la impulsado un cambio normativo que le abre la puerta, una vez fuera del ejecutivo a optar a una plaza con un diferencial de 20.000€ en su nómina. Dos anécdotas más en el permanente atraco a la administración pública a la que se tienen acostumbradas las administraciones socialistas, algunas en flagrante fraude de ley, y que representan su principal preocupación y ocupación.


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