Entre ellas, tres han sido a hoteles por los ruidos generados y otra a un local por vender alcohol a menores.
Patrullas uniformadas y de paisano atienden a diario decenas de quejas por ruido, venta ambulante, molestias, horarios comerciales, etc. aunque desde la Policía piden colaboración ciudadana y que los vecinos presenten denuncias.
Se trata del primer verano de aplicación real de la nueva ordenanza, que regula con precisión los comportamientos conflictivos en la zona.