Según el escrito de la Fiscalía, el acusado aprovechó las ocasiones en las que se quedaba a solas al cuidado de la menor para, prevaliéndose de la relación de confianza y con ánimo libidinoso, obligar a la víctima a darle besos en la boca y someter a la misma a tocamientos por todo el cuerpo, incluida la zona vaginal.
Por estos hechos, el Ministerio Fiscal le pide 12 años de cárcel y la prohibición de acercase a la víctima a una distancia de 200 metros, así como cualquier comunicación verbal o escrita con la misma.