El jefe de la Policía Nacional Tito Karnavian, en declaraciones recogidas por el medio local Viva, responsabilizó de los ataques a una familia indonesia que regresó de Siria, incluidos dos hijos de 18 y 16 años y dos hijas de 12 y 9 años.
Según el relato del grupo, el primer atentado fue cometido con un coche bomba, el segundo por un suicida con chaleco explosivo y el tercero, por una motocicleta equipada con explosivos.
En las tres operaciones de "martirio", según el EI, murieron once cristianos y guardias de las iglesias y resultaron heridas otras 41 personas.
El director de la Agencia de Inteligencia de Indonesia, Wawan Hadi Purwanto, atribuyó el ataque al grupo Jemaah Ansharut Daulah (JAD), vinculado al EI.
Los ataques tuvieron lugar de forma sucesiva en la misa del domingo en una iglesia protestante, una católica y otra pentecostal en Surabaya, la segunda mayor ciudad del país, en el noreste de la isla de Java, de mayoría musulmana.
Este es el peor ataque de este tipo en el archipiélago asiático desde que una serie de atentados con bomba en la Nochebuena del 2000 en varias ciudades terminasen con la vida de 18 personas e hiriesen a cerca de 100.
Aunque en los últimos años el objetivo principal ha sido la policía, las minorías religiosas, en especial la cristiana, también han sido blanco de los ataques islamistas.