DEPORTES

El grano y la paja

Alejandro Vidal | Martes 01 de mayo de 2018
Uno de los males endémicos del Mallorca ha sido que sus responsables jamás supieron separar el grano de la paja. Las manzanas podridas terminaron emponzoñando a las sanas desde los tiempos en que el mismísimo artífice del primer ascenso a primera división y profesionalización del club, Jaume Rosselló, era insultado y amenazado telefónicamente a altas horas de la madrugada en su propio domicilio. Sin la menor duda el mal acabó derrotando al bien y quienes están fuera recogen los laureles que les negaron dentro: Mateu Alemany, Serra Ferrer, Nando Pons,........Si, las malas compañías vivían en casa e hicieron su trabajo, ya digo, unos desde tiempos inmemoriales y otros hace muy poco.
Esta extraña enfermedad característica de la sociedad mallorquina, la envidia, ha causado estragos entre los propios jugadores. Desde el vestuario en el que se hacía el vacío a Martín Mora, siempre discreto y sufrido, hasta lo que podrían contar Antonio Oviedo, Ernesto Domínguez, Macario y más recientemente y por dar un salto temporal, futbolistas que aquí pasaron desapercibidos y, milagrosamente, destacan en otros destinos. Javi Ros, titular en el Real Zaragoza o el mismísimo Angeliño, ahora mismo pieza codiciada por la que pelean el Ajax y el PSV holandeses.
Si quieren entretenerse, tiren de memoria y repasen nombres de directivos, técnicos o futbolistas que destacaron en Palma y han sido un desastre en ulteriores destinos, algunos sin abandonar la isla, y en el otro fiel de la balanza coloquen a otros que sufrieron la crítica e incluso el desprecio y luego han sido valorados y admirados. Este ligero ejercicio les puede servir para deducir quiénes eran los buenos y cuáles los malos. Y reténganlos, porque el veneno no cesa en su afán demoledor. Sin olvidar, ¡ojo!, agentes externos con nombre y apellidos.

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