DEPORTES

Un torneo impresentable

Alejandro Vidal | Martes 24 de abril de 2018

Una vez que se han apagado los ecos de la final de la Copa del Rey o eso espero y deseo, quizás haya llegado de nuevo el momento de reflexionar sobre esta competición manipulada y diseñada en honor de los clubs más grandes, con la complicidad de la Liga de Fútbol Profesional y la sumisión de la Federación Española de Fútbol cuya desfachatez al utilizar a los más débiles para favorecer a los poderosos deviene en descaro.

No sé qué le ha podido suponer al Formentera el indudable orgullo de haber eliminado al Athletic porque, aparte de anotar el hito en su historial y haber ocupado algunas portadas durante dos días –su minuto de gloria- la realidad le ha devuelto a luchar por evitar su regreso a tercera división y a tener que recomponer lo mejor de su plantilla y todo su cuerpo técnico. Sirva a título de ejemplo.

Con la excusa de su participación en competiciones europeas, los clubs de mayor presupuesto y envergadura no entran en liza hasta que la competición alcanza sus dieciseisavos de final, con la particularidad de que en ellos se enfrentan a equipos de categoría inferior y se reservan los partidos de vuelta en campo propio. Se las ponen como a Fernando VII.

Levantar el título debería comportar la disputa de la competición en las mismas condiciones que el resto. En Francia ha llegado al último encuentro un equipo de Tercera, nada inusual tampoco en Inglaterra. Alzar una Copa por superar cuatro eliminatorias, una de ellas dirigida, tiene poco mérito y ningún atractivo. La gane el Barça o el Madrid que, como siempre, es de lo que se trata.


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