Los agentes de medio ambiente, en actuación conjunta con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, denunciaron en octubre de 2017 los hechos.
Dada la trascendencia de la situación y el peligro que supone para la fauna y la salud pública, la conselleria ha considerado necesario tomar esta medida.
El envenenamiento, calificado como delito penal, no sólo tiene consecuencias en el animal que toma la sustancia tóxica, sino que también se pueden ver afectados otros animales que se alimentan e incluso puede afectar a personas.
En este caso concreto se da el hecho de que una de las aves encontradas muertas es un milano real, especie en peligro de extinción.
Durante las investigaciones, los agentes procedieron a la recogida de muestras de cebos que presuntamente contenían veneno de aparejos utilizados.
La causa se encuentra en situación de diligencias previas en el Juzgado de Instrucción de Manacor.