El año pasado, una de cada cinco inspecciones realizadas por la compañía terminaron con una detección de fraude. En el 40 por ciento de los casos se trató de conexiones ilegales en la red por parte de usuarios sin contrato y el resto, de otro tipo de fraudes, como dobles conexiones o manipulación de los equipos de medida.
En los últimos tres años, las pérdidas de energía contabilizadas por Endesa han reducido en casi un siete por ciento gracias al refuerzo de los medios para combatir el fraude; un esfuerzo que continuará en los próximos ejercicios, ya que la reducción de pérdidas de energía en la red y la lucha contra el fraude son una de las prioridades de Endesa en la red de distribución en los próximos años.
Aparte de estas cifras, es importante destacar que el fraude eléctrico es, sobre todo, un problema grave para la seguridad y la salud de las personas, tanto para el defraudador como para los que lo rodean. En los últimos años, se han registrado numerosos casos de incendios en instalaciones y viviendas como consecuencia de estas manipulaciones y, incluso, se ha tenido que lamentar la pérdida de vidas.
Además, a diferencia de lo que inicialmente se podría creer, el grueso del fraude eléctrico en España no lo cometen consumidores que se encuentran en situación de vulnerabilidad energética, sino grandes consumidores, es decir, empresas industriales y de servicios, así como negocios y particulares con consumos elevados.
Nuevas tecnologías para combatir el fraude
Endesa ha aumentado en los últimos años los medios para combatir el fraude eléctrico mediante un aumento de las inspecciones, un uso intensivo de las nuevas tecnologías y la utilización de herramientas de análisis masivo de datos (Big Data) que hacen que la detección del fraude sea cada vez más efectiva.
Entre las nuevas tecnologías que se han desarrollado en los últimos años, destacan los videoscopio y trazadores, que permiten inspeccionar instalaciones subterráneas, empotradas en las paredes o inaccesibles a simple vista, para detectar, entre otras manipulaciones, la existencia de dobles acometidas.
A la vez, el uso de herramientas de Big Data permiten agrupar los datos históricos de consumo y contrato de las instalaciones sobre los que se aplican algoritmos de cálculo para la identificación de posibles fraudes.
El fraude eléctrico supone un perjuicio para toda la sociedad, ya que se traduce en un incremento de la factura eléctrica para el conjunto de los consumidores y, sobre todo, puede poner en riesgo tanto la seguridad como la calidad de suministro de los usuarios.
El año pasado, Endesa recibió 50.649 notificaciones en la línea telefónica (800 760 220) y el buzón de correo electrónico anomalias@enel.com en el que, con carácter confidencial, los ciudadanos pueden aportar cualquier comunicación sobre anomalías y presuntos fraudes. Estos avisos derivaron en cerca de 17.000 inspecciones y permitieron detectar más de 6.000 fraudes.