OPINIÓN

Tesla, tras los pasos de Apple

Sebastià Salas | Martes 10 de abril de 2018

De mis clases en Suecia, destacaría la cantidad de casos prácticos que hemos analizado. El desarrollo de estudios prácticos consiste en analizar el modelo de negocio de diferentes compañías, así como el entorno en que se sitúan, las actuaciones de sus competidores y los diferentes análisis DAFO y sucesivos, entre otros muchos aspectos. Empezamos por Ikea, seguimos con Zara, después Airbnb y, más recientemente el sector de los automóviles. Debo admitir mi extrañez ante lo que a mi entender son análisis simples y sencillos sobre la situación actual de las compañías (que cualquiera con unos mínimos conocimientos en la materia puede realizar), pero que en ningún caso son más detallados. No se produce la reflexión posterior de ir un paso más allá de la situación actual y aventurar el futuro. Que al fin y al cabo, es la más difícil pero la más apasionante del estudio de la estrategia empresarial.

Aprovecho esta introducción, para centrarme, como decía, en el sector de los automóviles. Y a su vez, me gustaría compararlo con el sector de la telefonía móvil. Entre todas las marcas, podríamos hablar de una cierta evolución constante y progresiva en la innovación del sector. Algunas firmas como BMW o Toyota involucradas desde el primer momento en coches eléctricos, pero sin haber alcanzado ese paso definitivo que les pueda otorgar una ventaja competitiva que mantener en el tiempo. Sin embargo, Tesla, puede ser la esperanza que revolucione definitivamente dicho sector. Entre sus muchas aportaciones se encuentran la Gigafactories, donde confeccionan las baterías de litio, la idea del súpercargador, que permite recargar la totalidad de la batería en menos de 75 minutos, así como la puesta en marcha de un diseño innovador y a la vez, con altas prestaciones. No es menos cierto que Tesla se enfrenta a ciertos retos, que vislumbran una incertidumbre a su alrededor. Su posición en el Nasdaq ha tenido fuertes fluctuaciones ante los retrasos en la entrega de automóviles, la lenta producción de los mismos o, la reciente noticia que apareció ayer, de la llamada a revisión de más de 8800 vehículos del Model S en China.

Comentaba al inicio del artículo la relación factible que veo entre el mercado del automóvil y el mercado de la telefonía. Tal vez no lo recordarán, pero unos 15 años atrás, Nokia era la firma líder en dicho sector. Todo el mundo tenía un Nokia en sus manos, los dispositivos tendían a ser pequeños y aún podíamos escuchar el diferente sonido de cada tecla al marcar un número. Unos años más tarde, el sector ha evolucionado hacia dispositivos grandes y táctiles. Nokia está desaparecida de un mercado, donde los grandes líderes son Apple, Samsung y Google (gracias al sistema operativo Android). Pero ¿dónde se produjo este cambio de tornas? Muchos expertos coinciden en señalarlo con el lanzamiento del primer iPhone en 2007 –les invito a ver de nuevo la presentación que Steve Jobs hizo en San Francisco, el llamado Macworld Expo–. Con la introducción del iPhone, teléfono que rompía con todos los moldes preestablecidos, se consolidaba la ventaja competitiva de Apple durante los años venideros. Apple, abrió la veda de los móviles táctiles, del desarrollo de apps, y sobretodo, creó un dispositivo al alcance del comprador medio occidental. Tesla, con su model 3, puede alcanzar esa mágica combinación de lanzar un producto totalmente novedoso, con innovaciones que revolucionen el sector del automóvil de arriba abajo y lo más importante, un coche accesible para la clase media, para la gran mayoría.

Apple también superó muchos obstáculos y más de uno predijo infructuosamente su quiebra muchos años atrás. Tesla, al igual que la firma de Cupertino, puede lograr que el progreso y la competencia se instalen de nuevo en el mundo del motor. La plena transformación de lo que conocemos hoy en día. La evolución de la ingeniería, la mecánica y el diseño del siglo XXI. Habrá que estar a la espera.

He dicho.


Noticias relacionadas