El Grup d'Ornitologia de Balears (GOB) ha presentado a la Jefatura de Costas una petición para que este verano no autorice la instalación de "servicios de temporada" en las playas de la comunidad. Es decir, que no se permitan concesiones para explotar servicios de hamacas o sombrillas. La organización ecologista argumenta una retahila legal segun la cual el propio Reglamento General de Costas ampararía esta prohibición por cuestiones de plazos, de incumplimientos anteriores o de titularidad de los concesionarios.
Cuestiones legales aparte, la idea del GOB para prohibir hamacas y sombrillas pone sobre la mesa, una vez más, el modelo de turismo y de disfrute y explotación de nuestros recursos. Es necesario proteger el paisaje de nuestras islas sabiéndo combinar esta protección con una sensata explotación que garantice el desarrollo de la principal industria de la comunidad, la que nos sitúa a la cabeza del crecimiento economico y la creación de empleo.
Debemos ser capaces de combinar la existencia de estos servicios (que además conllevan para sus concesionarios la obligatoriedad de mantener limpias las zonas de playa en donde los tienen instalados) con una racional disposición de los espacios de forma que las hileras de hamacas no se conviertan en barreras infranqueables para llegar a la orilla. En todo caso, prohibirlo como pretende el GOB marca un camino en el que sería difícil llegar a establecer el límite a más prohibiciones. Nada asegura que abrir este debate no acabe con otras propuestas que afecten a los particulares. Medida y sensatez, siempre que las leyes lo permitan, es la única forma de avanzar en este tipo de cuestiones.