OPINIÓN

Manipulaciones y bolardos (3)

Miquel Pascual Aguiló | Sábado 09 de septiembre de 2017

Los atentados de Barcelona y Cambrils han dejado a cantidad de gente con las vergüenzas al descubierto, pero que al tratarse de personas sin la más mínima ética, van a seguir con las vergüenzas al aire sin importarles en absoluto el desprecio total del que son justamente destinatarios.

El atentado del 11.M en Madrid, en boca de esta gente, fue consecuencia de la llamada guerra de Irak y los atentados del pasado mes de agosto en Barcelona y Cambrils de la venta de armas a Arabia Saudita, Qatar y demás monarquías sunies que financian la guerra santa musulmana. Ni una sola referencia a los actores intelectuales y a los actores materiales de los asesinatos, como si no hubieran existido.

La hipocresía, de nuevo, ha campado por sus respetos anatemizando a diestro y siniestro sin parar mientes en lo falso de sus posturas y lo contradictorio de sus posturas.

Sin ningún tipo de respeto a las víctimas de los atentados, una parte de la gente que se manifestó, supuestamente en contra de los atentados y a favor de las víctimas, aprovechó la ocasión para denostar a Felipe VI y a Rajoy como cabezas visibles de la industria armamentística española. España es el séptimo mayor exportador de armas del mundo, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que analiza los datos correspondientes al lustro 2010-14.

La ignorancia y la mala fe siempre han sido caldo de cultivo del atrevimiento, “Mariano, queremos paz, no vender armas”, “Felipe, quién quiere paz no trafica con armas”, “sus guerras, nuestros muertos”, decían los independentistas con pancartas en la politizada manifestación de Barcelona, obviando que Cataluña exporta más de un 25% del total de armas que vende España, que Cataluña ha vendido 20 millones de € a los países del Golfo y 132 millones de € a los Estados Unidos, solo desde que empezó el procés, entre bombas, granadas, torpedos, minas, misiles, distintas armas de fuego y sus correspondientes municiones, tal y como apunta el apartado de Aduanas de la Cámara de Comercio de España.

Otra mentira, una de las muchas sobre la que, desgraciadamente, cabalga la política española

La podemista líder de Podemos en Andalucia, Teresa Rodriguez, culpó de los atentados de Barcelona y Cambrils a Felipe VI y Rajoy por vender armas a Arabia Saudita, y hasta se atrevió a decir que: “Estar por la paz significa no vender armas a quien promueve la guerra. Es de sentido común” mientras que su novio, alcalde Cadiz, pidió que España vendiera más armas a Arabia Saudita y que el gobierno español acelerara la construcción de corbetas para vendérselas a Arabia Saudita.

El pacifista Kichi, el mismo que se define como anticapitalista y pacifista, se bajó los pantalones ante los saudíes por unas corbetas de Navantia, así es José Manuel Gonzalez el Kichi, podemista, alcalde de Cadiz y novio de Teresa Rodriguez.

Algunas de las perlas que lanzó el pacifista promotor de la venta de armas a Arabia Saudita cuando le recordaron que Arabia Saudita era uno de los principales países en los que menos se respetan los derechos humanos: "Uno primero tiene que llevar el plato de comida a sus hijos y a su familia, pero el equilibrio de la geopolítica y la paz mundial no puede caer sobre las espaldas de los trabajadores, nosotros no decidimos sobre la guerra ni somos soldados", "Yo no estoy en contra de que se construyan nuestras corbetas y no estoy en contra de que Felipe VI viaje a Arabia Saudí para traerse las corbetas a la Bahía de Cádiz", añadió el mismo caradura que se manifestaba, gritando como un energúmeno, contra la guerra de Irak.

A preguntas de un periodista que le afeó su conducta contestó: “¿Y mientras qué hacemos, de qué comemos?”, “Ahora actúo diferente porque hoy en día soy alcalde de esta ciudad y debo mirar por los vecinos”. Rematando su faena, envainando sus pancartas pacifistas donde le han cabido, a cambio de votos, dijo: "Yo soy de izquierdas, anticapitalista y de Cádiz. ¿Quién me iba a decir que estaría defendiendo estos contratos? He aprendido que a mi discurso anterior le faltaba el que añado ahora, estaba incompleto porque le faltaba la situación real, que no se resuelve en la barra de un bar. Seguramente era más ingenuo".

Todo un contorsionista político, por llamarle de alguna forma, que entre otros muchos de su partido ha dejado con el pompis al aire a su propia novia que solo sabe torear de salón, políticamente hablando.