La responsable de la colonia, Mercedes Argüello, muestra su profunda preocupación porque "el tiempo corre y las obras avanzan". Se refiere a la reconversión del edificio en el que actualmente la decena de gatos callejeros del barrio se cobijan. Puntualiza que necesitan solo un hueco para que los animales puedan guarecerse, "no para dejar cuencos de comida ni agua".
Hay que recordar que es una de las colonias de gatos más antiguas y emblemáticas de Palma. Su impulsora, "se dejó la piel por estos animales", dice Mercedes, hija de la impulsora. "Ahora, nosotros sufrimos solo de pensar que se queden sin un sitio seguro donde dormir".
De momento, se barajan soluciones temporales y por su parte, tanto PalmaActiva como Cáritas se han negado a colaborar prestando locales suyos.