Estas conversaciones son "positivas" y podrían llegar a buen término "en los próximos meses", agregó la ministra.
El ministro de Transporte, el socialcristiano Alexander Dobrindt, aseguró que las negociaciones entre Air Berlin y Lufthansa están "avanzadas", pues se vienen desarrollando desde "hace meses", aunque la aerolínea también está hablando con otros rivales de forma paralela.
Zypries subrayó que, pese a que teóricamente una aerolínea debería cesar totalmente su actividad tras declararse en quiebra, el crédito significa que los billetes expedidos siguen siendo válidos, que todos los vuelos van a seguir realizándose y que también se pueden seguir comprando viajes.
Muchos alemanes siguen de vacaciones, argumentó la ministra de Economía, y sin esta ayuda estatal "no se podría asegurar" su retorno tras el período estival.
Según Dobrindt, Air Berlin transporta a unos 80.000 pasajeros al día, con lo que la suspensión inmediata de la actividad dejaría en tierra a "decenas de miles de personas".
Zypries señaló que las deudas de la compañía serán asumidas por los acreedores y que el Gobierno alemán cree que la aerolínea podrá devolverle el crédito con la venta de sus "slots", las franjas horarias para aterrizajes y despegues que tiene en distintos aeropuertos para todas sus rutas.
El Gobierno alemán tiene "preferencia" sobre otros acreedores, añadió la ministra alemana.
El candidato socialdemócrata a la Cancillería, Martin Schulz, compareció también ante los medios para aplaudir la medida de su correligionaria al frente de Economía y para criticar el "dumping en los precios y en los salarios" de ciertas compañías que ha llevado a Air Berlin a la quiebra.
Air Berlin, la segunda mayor aerolínea de Alemania, sufrió en 2016 una pérdida récord de 782 millones de euros, un 75 % más que en 2015, por los costes de reestructuración y depreciaciones.