Alejandro Vidal | Jueves 27 de julio de 2017
Pues la verdad, no sé a santo de qué tiene Raillo que pedir disculpas a nadie. ¿Por haber sido apartado del equipo sin explicación?, ¿por haber sido agredido verbalmente dentro y fuera del campo?. Es tan responsable del descenso como los demás y no me refiero a sus compañeros de vestuario, sino a técnicos y dirigentes, que no directivos. Lo que deberíamos conocer, aunque sin Claassen y Blum no lo sabremos nunca, es el contenido de su contrato y el de Lago Jr aparte de sus años de duración. Otro error si no hay cláusulas preventivas de por medio que, en todo caso, se habrán reservado ambas partes.
Hablando de despachos, la reacción del club o, lo que es lo mismo, de Maheta Molango llega tarde y mal como de costumbre. No basta con pedir perdón a los abonados que han tenido que soportar horas de sol y largas colas para renovar un carnet a la sombra, pero en una posición mucho peor que la que tenían en cuanto a la perspectiva del terreno de juego. Eso había que preverlo y no poner cara de bueno y pronunciar palabras amables a hecho consumado. La afición merece más respeto y, sobre todo, una gestión más eficaz y profesional.
Lo mismo vale para el comunicado por el que se repudia la violencia a raíz de los incidentes provocados por un grupo de energúmenos en Inca en el transcurso de una pachanga amistosa. Si empezamos así, ¿qué nos espera en los derbys?. El CEO, tan amigo de contactar con la policía cuando cree que le van a esperar tres exaltados a la puerta del estadio, debió de abandonar la comodidad del palco, donde según sus propias explicaciones se siente tan a disgusto, para acudir al lugar de los incidentes y calmar los ánimos de los insurrectos. Dictar oficios desde un despacho es muy cómodo y, probablemente, más seguro, pero poco elegante y menos eficiente. Sobre todo si no se acompaña de medidas contundentes.
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