Estamos acostumbrados a que los terminales de los de Cupertino generen una fuerte expectación. Si a eso le sumamos que el mes de septiembre suele ser el escogido por Apple para presentar sus nuevos dispositivos, entenderemos la inquietud generalizada durante julio y agosto. Si, además, añadimos que este año se cumple el décimo aniversario de la compañía, y que los responsables han prometido un salto cualitativo con el nuevo iPhone 8 (posiblemente llamado iPhone X), podemos explicarnos el inusitado revuelo veraniego.
Desde las redes, los expertos en rumorología tecnológica hablan, por ejemplo, de precios superiores a los 1.000 y 1.200 euros para el nuevo modelo de Apple. Un coste capaz de hacer sudar a los amantes de la marca, no tanto por el ahorro que supone como por una posible avería o rotura que pudiera sufrir el terminal. Recordemos que los de Cupertino no se libran de los problemas electrónicos, y que en el iPhone 7 eran recurrentes, entre otros, los siguientes: un silbido procedente del procesador, problemas de iOS 10 que reducían la autonomía, o la inestabilidad en la conexión por Bluetooth.
Con todo, los futuros compradores ya se preparan consultando protecciones adicionales a la garantía de fábrica. Entre estas destacan los denominados seguros para móviles y, concretamente, el seguro iPhone de www.miseguromovil.com. Se trata de una compañía cuya póliza contempla caídas, contacto con líquidos, fallos mecánicos o de dispositivos internos, e incluso casos de robo. Además, ofrece la posibilidad de realizar todos los trámites de manera online.
Una vez equipados con una cobertura de garantía, podemos regresar a imaginar nuestro iPhone X ideal. De esta manera, algunas fuentes vaticinan la inclusión de un sensor de reconocimiento facial en 3D, empleado a la hora de desbloquear el teléfono. También la desaparición del botón TouchID y la pantalla sin marcos. Asimismo, otras supuestas novedades serían la incorporación de un sistema de carga inalámbrica para la batería, y la fabricación de un modelo color espejo.
Se espera, por otro lado, que los de Cupertino resuelvan problemas con el software, que estarían siendo producidos por algunos de los dispositivos antes señalados. Por último, se ha comentado la integración de un láser en la cámara trasera del teléfono. Su finalidad sería doble: en primer lugar, ayudaría al habitual sistema de enfoque por sensores; en segundo lugar, el láser se utilizaría para detectar la profundidad de los distintos objetos o personas que conforman la escena. Una utilidad concreta de esto sería la creación de mejores efectos de desenfocado.